Por Eva Llergo

 

Unir la palabra “Navidad” al concepto de “magia” es una asociación indisoluble. No importa los años que tengamos o lo descreídos que nos hayamos vuelto con el paso del tiempo; es algo que subyace nos resistamos a ello o no. Por eso no es de extrañar que Espacio Abierto Quinta de los Molinos quisiera centrar su espectáculo navideño de producción propia, Mándorla, en la magia.

Mándorla es la cuarta producción que crea Espacio Abierto Quinta de los Molinos. Dark Smile, ideado para la Noche de los muertos del 2018 y repuesta también en 2019, fue la primera. Un espectáculo de teatro inmersivo con tintes de scape room, dirigido por Fernando de Luxán y Rubén Cano, que tuvo al público deambulando por toda el palacete que ocupa el Espacio Abierto con el fin de resolver un misterio muy fantasmal. Después llegó La Quinta cosecha en septiembre del 2019 dirigido por Chevi Muraday y Losdedae,  espectáculo multidisciplinar-happening, “fiesta de celebración, en la que Losdedae compañía de danza propone un espectáculo itinerante atravesando la Quinta de los Molinos: un viaje físico por sus rústicos jardines, que es a la vez un viaje espiritual, de encuentro con la naturaleza y de reunión de un grupo humano que se convierta en una heterogénea tribu”. En tercer lugar llegó La Quinta en flor, a finales de febrero de 2020, “un espectáculo-instalación multidisciplinar, ideado de nuevo por Chevi Muraday y su compañía Losdedae. Una vez más, palabra, música y danza al unísono, al servicio de la naturaleza, convocándonos e invitándonos a participar, a aprender, a disfrutar y a generar comunidad, gracias al arte y a la creación”. Según nos relata Beatriz de Torres, directora artística de Espacio Abierto Quinta de los Molinos, estos dos últimas producciones nacen de la estrecha colaboración con el equipo de medioambiente del parque de la Quinta de los Molinos, una necesaria simbiosis para reconocer y potenciar la belleza del entorno en el que se asienta el Espacio Abierto Quinta de los Molinos y conquistar sus espacios, no solo desde la naturaleza, sino también desde las artes escénicas. Y es que si hay un símbolo que nos venga a la cabeza cuando pensamos en la Quinta de los Molinos son sus almendros. Espacio Abierto les rinde homenaje recuperando una nueva forma de vivir los ritos que, desde tiempos ancestrales, han sido centro de la vida durante unos días en torno a su floración y su cosecha.

Mándorla, `almendra´ en italiano, es la continuación navideña de esa inspiración que, como decíamos, en este caso surge de la magia… de la magia hecha por Atenea al convertir a Fílide, princesa de Tracia, precisamente en… almendro. La joven desesperada al creer que su enamorado Acamante, combatiente en la guerra de Troya, había muerto en la contienda, muere de pena. Y es entonces cuando la diosa metamorfosea a la princesa precisamente en ese bello árbol que todos los años nos regala su peculiar y maravillosa floración.

En Mándorla hay pues un poco de mitología y un mucho de imaginación. Según nos relatan las dos ninfas que nos dan la bienvenida al auditorio, y que le han puesto hilo musical a nuestra espera en el pasillo antes de la entrada, Mándorla es la isla donde los dioses y las ninfas acuden a descansar. En ella descubrimos a Fílide, esperando a su amado subida a una alta montaña para verle llegar por mar… solo que en el escenario esa alta montaña son unas barras para hacer acrobacias verticales. En esta versión del mito Acamante llega a tiempo y puede abrazar de nuevo a su Fílide (que en esta variante navideña no acaba convertida en almendro). Aunque su abrazo acaba convertido en una bellísima e intensa acrodanza que María del Mar Reyes y Hugo Ragetly ejecutan con una pasión y una poesía que deja absolutamente embelesado al espectador. Atenea no tiene que ejercer pues su poder metamorfoseador, sino que puede dedicarse a la opera y a la ventriloquía (fantástica y sorprendente Celia Muñoz). Y Hermes, mensajero de los dioses, aporta la guinda mágica al espectáculo en la figura de Miguel Muñoz, Gran Premio Mundial de Magia (Fism 2018). Así pues, Mándorla es, como reza su subtítulo, un espectáculo de magia, circo, música y… almendras. Todo integrado en el bello contexto de la mitología, con mucha poesía y delicadeza. Para rizar el rizo de la perfección solo echamos en falta una dramaturgia más desarrollada y argumental entre número y número, ya que se ha apostado (con buen juicio) por teatralizar el espectáculo amparando y dándole sentido así a las otras artes escénicas que lo integran.

Es escalofriante ver magia, danza y acrobacia tan cerca de nuestros ojos. Esto lo potencia el acogedor y menudo auditorio de Espacio Abierto Quinta de los Molinos. Sin embargo, en esta ocasión percibimos que Mándorla, por su propia idiosincrasia, es un espectáculo que habría lucido aún más en un escenario más grande. Y es que Espacio Abierto bien merece un auditorio más amplio y cómodo, según me recuerdan siempre que vamos allí mis pequeños espectadores, que multiplique la capacidad de la audiencia y los efectos de las increíbles producciones propias y ajenas, que nos regala en su programación. No en vano, es el auditorio municipal de artes escénicas para niños y adolescente en Madrid. Y aunque son pequeños espectadores, merecen lo más grande. Eso lo saben muy bien Beatriz de Torres y su maravilloso equipo. Sabemos que son tiempos convulsos, pero estaría muy bien que las autoridades que hay detrás siguieran apostando por la cultura para la infancia y juventud y les concedieran todos los medios para poder seguir creciendo y creciendo sin parar… como los niños.

Por Eva Llergo

 DATOS TÉCNICOS:

Vista el 27 de diciembre de 2020 en Espacio Abierto Quinta de los Molinos

Magia: Miguel Muñoz

Lírica / Ventriloquía: Celia Muñoz

Verticales: María del Mar Reyes

Malabares / Acrodanza: Hugo Ragetly

Clarinete / Trikitixa: Mónica Botella

Piano: Érika López

 Diseño de iluminación: Javier Ruiz de Alegría (AAPEE)

Adjunto diseño de iluminación: Óscar Sáinz

Ayudante de dirección / Coordinación artística: Elvira Lantieri

Vestuario: Eleni Chaidemenaki (AAPEE)

Realización de vestuario: Carolina Rivas de las Heras

Composición musical: Érika López

Asesoría técnica: Globoescultura

 Dirección artística y dramaturgia: Javier Jiménez

Fotografía: Marcos G Punto /Madrid Destino

 

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