Por Sara Barquilla Guerrero
Este 2025 se celebra la primera edición de Riesgo, Festival de circo de la Comunidad de Madrid, con la puesta en escena de ocho espectáculos entre el 30 de enero y el 22 de febrero y la participación de siete países diferentes: España, Bélgica, Francia, Ucrania, Canadá y Argentina. Con esta selección de espectáculos, todos ellos estrenos absolutos, se pretende dar a conocer el carácter poliédrico del circo, una disciplina que abarca múltiples especialidades y es capaz de hibridarse con otras artes como la danza o el teatro.
El pistoletazo de salida del Festival Riesgo lo da la compañía ucraniana Cirque Inshi y su obra Rêves, que está marcada por el contexto histórico. La guerra de Ucrania determinó la situación de la compañía, su trabajo y las limitaciones derivadas del escenario bélico que estaban viviendo. Roman Khafizov, director de Cirque Inshi, se exilió a Francia y, poco a poco, consiguió ir reuniendo allí a miembros de la compañía para montar este espectáculo, que hace alusión a los sueños individuales surcados de recuerdos, deseos y emociones.
Rêves es un espectáculo de que entronca con la tradición soviética, es decir, los números circenses están magistralmente combinados con coreografías de danza clásica que logran dar la sensación de continuum en lugar de verse como transiciones de relleno. El espectáculo lo llevan a cabo seis jóvenes especialistas en varias artes circenses, como son los malabares con pelotas y aros, los equilibrios sobre zancos, las acrobacias en suelo y en cuerda lisa. Cada número es individual y se inicia con un monólogo de voz en off que recuerda, sueña, reflexiona, comparte sus sueños. Se trata de textos poéticos, plagados de imágenes e interconexiones, que dejan entrever retazos autobiográficos y acercan al público al artista que se prepara para llevar a cabo su número. Esta voz pone palabras a unas emociones que luego se transfiguran en movimientos “imposibles”.
Una vez terminado el monólogo empieza la música, siempre piezas clásicas que resuenan en el imaginario del espectador y se convierten en la banda sonora de esos sueños, antes “explicados” y ahora representados a base de movimientos que denotan un gran control corporal. Todos los números son únicos, inigualables. Embarga la simbiosis sucedida entre la línea melódica que suena y el espectáculo circense, cuyo ritmo va en consonancia con el tempo musical y parece una extensión del mismo. En algunos momentos parece que es esa y no otra la representación visual de las notas musicales interpretadas con el piano, el violín, etc. Realmente prodigioso. Y más aún si nos fijamos en los propios números de circo, cuya realización está cargada de dramaturgia. Por ejemplo, el artista que hace acrobacias en cuerda lisa es capaz de transmitir la ilusión, el fracaso, el desánimo, la perseverancia, el logro. Todo ello subiendo y bajando de una cuerda que se enrolla y desenrolla con una facilidad pasmosa, haciéndole caer al abismo o ascendiéndole a los cielos.
En cuanto a las transiciones, el grupo entero vuelve a escena, se reagrupa e inicia coreografías basadas en la repetición y la sincronía. Visualmente, estas partes son pura belleza y además transmiten el valor del conjunto, del “estar juntos”, de acompañarse cuando es posible y luego permitirse alejarse cuando cada cual necesita unos momentos de soledad para soñar. Cada número termina con el artista exhausto, desmayado en brazos de sus compañeros, que siempre están ahí para amortiguar la caída, para protegerse de forma colectiva.
Mi pequeña espectadora observaba atenta cada movimiento que se producía en el escenario, sorteando la cabeza del adulto que tenía delante. Se asombró visiblemente con el artista que hacía equilibrios con zancos sostenido sobre sus brazos. Se apoyaba en los zancos y contorsionaba la cadera de forma increíble mientras sus piernas parecían convertirse en aspas plenamente controladas que se movían elegantes e ingrávidas.
Para un pequeño espectador, los monólogos que abren cada número son demasiado extensos y difíciles de seguir, no solo por la prosa poética sino por la distorsión de la voz, cuyas reverberaciones complican ligeramente la comprensión. Se logra un efecto interesante, como eco del pensamiento, pero aleja al pequeño espectador y lo desconecta de los sueños en voz. No obstante, lo que viene a continuación vuelve a conectar la atención y la atrapa de forma mágica. Es la magia del circo, la emoción ante la dificultad y la satisfacción por la belleza.
Por Sara Barquilla Guerrero
FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA
Vista en los Teatros del Canal, incluida en el Festival de circo Riesgo, el jueves 30 de enero de 2025.
Dirección: Roman Khafizov.
Intérpretes: Vladyslav Holda (malabarismo con pelotas), Andrii Humeniuk (acrobacias), Kostiantyn Korostylenko (malabarismo con pelotas), Anton Manaharov (equilibrios en zancos), Maksym Vakhnytskyi (cuerda lisa), David Yemishian (malabarismo con aros).
Coreografía: Mykhailo Makarov.
Iluminación: Claudia Hoarau.
Regiduría: Ludovic Cocoual.
Escenografía: Volodymir Koshevoy.
Vestuario: Viktoriia Burdeina, Galyna Kiktyeva.
Texto: Bohdan Pankrukhin.
Voz en off: Romain Châteaugiron, Clément Gaucher, Vincent Ronsse.
Sonido: Anton Kirichyk.
Entrenadores juegos: Vitaly Azhnov, Viktoriia Mushtey.
Entrenadores baile: Maria Myasnikova, Galyna Kiktyeva, Eduard Londarenko.
Producción y difusión: Anaïs Longiéras, Elena Garell.
otras entradas recientes:
Fronteras en el aire por Ángel Rojas Dance Project
Por Almudena Pimentel Serra Amanece el sol naciente y las sombras comienzan a revelar movimiento. El tambor baila, la guitarra canta y la voz se convierte en un cuerpo más. El flamenco se mezcla con la raíz de África de una forma incomprensiblemente bella, aunque...
Tirant lo Blanc, de la Compañía Nacional de Teatro Clásico
Por Sara Barquilla Guerrero “Dadmele acá, compadre, que hago cuenta que he hallado en él un tesoro de contento y una mina de pasatiempos. […] Por su estilo es este el mejor libro del mundo: aquí comen los caballos, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento...
Homenaje a Luis Matilla: a propósito de la XXIX Edición de TEATRALIA
Por Eva Llergo Teatralia, el festival internacional de artes escénicas para todos los público, cumple 29 años y este martes 21 de enero, en la sala Negra de los Teatros del Canal, Lola Lara, su directora artística, nos presentó la maravillosa oferta que el...
Comentarios recientes