Por Rocío García Tejada
El pasado 12 de noviembre de 2023 a las 20:30 pm, asistí a la función de Melocotón en almíbar, comedia de Miguel Mihura, que escribió en 1958 de manera casi incidental cuando preguntaba en una terraza de Gijón el lenguaje sobre las monjas; ya que se encontraba escribiendo una comedia con este tipo de personaje. El planteamiento es aparentemente sencillo: unos ladrones que se hacen pasar por una familia de clase alta llega a Madrid para poder esconder el botín que han robado, unas joyas pertenecientes a la joyería de la c/Ferraz, en Madrid. Una monja tópica y a la vez atípica por las preguntas que hace, va descubriendo datos que no encajan con la visión que tiene sobre esta adorable familia. Una serie de enredos y encuentros casi “accidentales” resuelven la trama de la manera más inesperada para los ladrones y totalmente coherente para la Iglesia y para el público.
Teatro Karpas no es la primera vez que se enfrenta a títulos con renombre como Melocotón en almíbar, también encontramos obras como La discreta enamorada de Lope de Vega u obras infantiles como Los tres cerditos. Muy cerca de la estación de metro Antón Martín, comienza a respirarse el aire de subir al escenario. El director del teatro y acomodador, Manuel Carcedo Sama da paso al público de esta noche para poder comenzar la representación. La sala de unas 60 butacas aproximadamente no está completa, pero el público está muy expectante por ver lo que se oculta tras el telón. Las luces se apagan, se abre el telón y la función empieza. La llegada de los actores se produce al más puro estilo cinematográfico, ya que se colocan detrás de un telón con menos grosor que el primero y parece una especie de croma, apoyados por una música extradiegética para los personajes y diegética para el público, que nos sitúa bajo el enclave de una película de acción.
Se nos van presentando poco a poco todos los personajes de la obra en un único espacio en el que sucede la acción: una casa bien amueblada de la ciudad de Madrid de los años 60. El escenario se compone de varias puertas que utilizan los actores como espacios ausentes que se mencionan en la obra, como la habitación en la que se encuentra “El nene” pasando su enfermedad. Todo parece estar en orden hasta que la aparición de Doña Pilar; el personaje que Mihura coloca como ama de casa, madura y charlatana, parece inquietar a la familia postiza. El público comienza a hacerse preguntas sobre el argumento de la trama.
Sin duda la aparición en escena de Ana Vélez (una de las directoras de esta obra, además de actriz, que interpreta a Sor María) acaba de rematarlo: aparece en escena una monja que ha sido enviada por un médico y su objetivo es poner orden a esa casa y no fallar a Dios. Aparece como una monje detective que lo sabe todo y lo cuenta, pero sus deducciones o sus pistas no sabemos si son, o no, aparentemente erróneas hasta prácticamente el final. Este personaje junto al anterior, usan la carcajada como lenguaje en varias ocasiones de la función, por lo que el público se ve contagiado por esa risa.
Es por lo que esta comedia, a parte de por la maestría que le brinda Mihura y su trabajo excelente con el género, tiene un engranaje muy concreto con el suspense, que está sustentado por el trabajo de toda la compañía a través del respeto de los silencios entre el diálogo o los apartes, o por la escucha como compañía. Sin duda el resultado final es muy coherente con la propuesta de Mihura y excelente por parte de los actores, que constantemente se ven reflejados en sostener la intriga hasta el final. Una de las bandas sonoras que podría acompañar a este espectáculo sería la conocidísima canción de Henry Mancini, “The Pink Panther Theme”, el tema de la pantera Rosa.
El recurso cinematográfico que comentaba al principio, no es la única vez que aparece; siendo uno de los elementos más destacables de este montaje. Cuando sacan las joyas por primera vez, aparece una música de “ascensor” y un cambio de luces, subraya totalmente la acción. Más adelante, utilizan un recurso actoral como si los propios personajes estuvieran viendo una película y otra vez, el público escucha unos diálogos de una película americana; ya que supuestamente “Melocotón en almíbar” se trata de un plan de robo que aparece en una película en la que se basan para cometer el robo (todo esto en el plano de la ficción).
Uno de los aspectos que me pareció interesante en cuanto al aspecto de la dirección, fue la introducción de una revista de 1962, aunque en que en este caso no coincida con la fecha de estreno de la obra sitúa al espectador en una línea temporal muy concreta. Y para el público, era muy gracioso poder observar las noticias que se publicaban en esa revista en ese año concretamente.
A nivel actoral, sin duda es donde se puede ver el gran trabajo de la compañía. La obra de Mihura es una comedia, por lo que sabemos que el público se va a reir; pero es muy complicado aguantar ese suspense que comentaba anteriormente durante las dos horas de función sin que se caiga el ritmo o la atención de los espectadores. Otro aspecto a destacar es la unión entre los actores de la compañía. Es brillante porque ninguno de los personajes quita el foco a otro, o se adelanta para hacer “el chiste fácil”. Otro de los gags que respetan de una manera muy fiel por su parte es el chicle/ caramelo que se toman los personajes cuando algo les produce risa, para que se les pase. Normalmente suele ser con las risas nerviosas pero no tiene por qué. Cada uno de las actrices y actores de la compañía, lo juega a su favor y a un tempo de comedia muy bueno. Por concluir, el ámbito técnico (luces y música) también está muy bien controlado y medido, haciendo que el espectáculo se ensalce como obra de teatro en todos los niveles.
El teatro Karpas está dispuesto a hacer reír y a acoger en su sala de cámara al pequeño espectador, y sobre todo propone un plan teatral en el barrio de Lavapiés muy gratificante y divertido para cualquiera que esté dispuesto a olvidarse un rato de la vida adulta, aburrida y monótona.
Por Rocío García Tejada
DATOS TÉCNICOS:
Vista el 12 de noviembre en Teatro Karpas (C/Santa Isabel, 19)
Ficha artística: Compañía Titular Karpas
Dirección de Ana Vélez y Manuel Carcedo Sama
Intérpretes: Sor María – Ana Vélez; Doña Pilar – Belén Orihuela; Nuria – Nerea Rojo; Carlos – Alberto Romo; Federico – Javier del Arco/Chema Moro; Cosme «El Nene» – Andrés Arenas
Música de BF producción / Rubén Berraquero
Fotografía Kunque
Escenografía y vestuario Alberto Romo
Duración de la obra: 2h sin descanso.
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