Por Luis C. Fdez. Imaz

Este fin de semana, El pequeño espectador se ha ido de viaje. Ha atravesado el espejo y ha visitado el País de las Maravillas de la mano del elenco que integra la compañía The Cross Border Project, en un espectáculo que integra concienciación acerca una realidad social, experiencias, imaginación y diversión a partes iguales; una pieza teatral muy refrescante para estos veranos en Madrid.

Alicias buscan Maravillas nos ha hecho cuestionarnos el significado de la normalidad y por qué nos cuesta tanto ver lo extraordinario de cada individuo. Pero a pesar de lo trascendental y profundo de estos planteamientos, Lucía Miranda, directora y creadora de la compañía, consigue plantearnos estas preguntas con un guion que incorpora un tono humorístico y lúdico a estos temas tan serios, como si lo maravilloso fuese normal y de una forma en la que el espectáculo se vuelve apto para todos los públicos. Como decían por allí, desde los 8 años a los 88 o los 208.

Cuando llegamos a Espacio Abierto, Alicia nos hizo llegar una carta que contenía un mapa y una petición de ayuda para salvar al mundo de las Maravillas. Para ello, los espectadores tendríamos que encontrarnos con el conejo blanco y atravesar con él el país de las Maravillas para conseguir realizar seis cosas imposibles antes del desayuno.

De esta manera rompimos la cuarta pared; espectadores y actores íbamos a compartir un viaje a través de los jardines y estanques del parque, donde en cada esquina se desarrollaría un sinfín de escenas alocadas y divertidas llenas de música y de color, o lo que es lo mismo, escenas del mundo de las Maravillas que no necesitaban más atrezo que los propios elementos del parque y en las que temías pestañear por miedo a perderte algún detalle.

El viaje no estaba exento de peligros, pues Corazones rondaba por el lugar y de vez en cuando aparecía abroncándonos por ser un grupo demasiado raro, numeroso, que metía escándalo con sus canciones y juegos, y que importunaba sus labores de jardinería. De hecho, muchos visitantes del parque se quedaban extrañados preguntándose el motivo de que Corazones nos regañara.

Aun así gracias a la ayuda de Conejo, Dragón de Madagascar, Alicia, la Duquesa y otros tantos habitantes de Maravillas, conseguimos superar las pruebas y llegar hasta el final. Para ello tuvimos que adquirir conocimiento de lo que ocurría en el país de las Maravillas. Conejo albino nos contó cómo era lidiar con su enfermedad; Alicia, con su parálisis cerebral, nos enseñó con alegría que caerse y vivir a otro ritmo no era tan difícil; la Duquesa narró su experiencia con la esquizofrenia y aprendimos que no debíamos temerla, pues ¿quién puede afirmar rotundamente que él no es el loco?; Zanca Panca nos habló sobre la osteogénesis imperfecta, la enfermedad de los huesos de cristal, y nos dijo que si no tememos rompernos, podemos disfrutar de la vida, y quién sabe, quizá de un auténtico romance bajo la sombra de un baobab en Senegal; de manera que, gracias a que el guion de esta obra intercalaba la imaginería de Lewis Carroll con las experiencias personales de los protagonistas de Alicias buscan Maravillas, niños, “adultescentes” y ancianos, aprendimos lo que es la diversidad de la mano de sus protagonistas, pudimos compartir nuestros deseos y encontrar y ver lo extraordinario en cada vida.

Como seguramente hayáis imaginado leyendo lo anterior, el pequeño espectador se lo pasó a las mil maravillas. El hecho de poder realizar el viaje a través de las sendas del parque y que en cada recoveco surgiera una historia nueva era estimulante y adictivo, pues despertaba el interés por saber a qué personaje y qué historia se iba a desarrollar en el siguiente recodo del camino. Además, que lo animasen a participar cantando, bailando, preguntándole por sus problemas y deseos lo integraban en ese mundo del que daba y tomaba sin parar; hasta se sentó en la mesa del sombrerero loco y tuvo que hacer una carrera sin que se le cayera el huevo de la cuchara, ¡menos mal que en el País de las Maravillas no hay normas y pudo llevar el huevo a su manera!

En resumidas cuentas, los pequeños espectadores disfrutan un montón esta obra,  mientras aprenden a ver el mundo con la mirada de las Maravillas para compartirlo con todos los seres extraordinarios.

Por Luis C. Fdez. Imaz

 

DATOS TÉCNICOS:

Vista el 23 de julio de 2021 en Espacio Abierto/Parque Quinta de los Molinos dentro de la programación de Veranos de la Villa 2021

  • Conejo: Patty Bonet
  • Jabberwock/ Lengua de signos: David Blanco
  • Corre: Miranda Catrejón López (participante de Mundo Quinta)
  • Ve: Pablo Ávila (participante de Mundo Quinta)
  • Dile: Itziar G Licht, Sara Ramírez, Sara González, Allison Ortiz y Ruth Martín (participantes de Mundo Quinta)
  • Dragón de Madagascar: Nacho Bilbao
  • El Corazones: Óscar de la Fuente
  • Alicia: Anna Marchessi
  • La Duquesa: Lidia García
  • Swim: Román Méndez
  • Zanca Panca: Mónica Lamberti
  • El pavo: Ares B. Fernández (participante de Mundo Quinta)
  • Tararí y Tarará: Lola Robles y su perro Gofre
  • El Chaval: Andrea Santamaría (participante de Mundo Quinta)
  • Coro: “CANTO ABIERTO” Una iniciativa de la Fundación Música Creativa
  • TÚ:Eres TÚ, sí. TÚ puedes contestar lo que quieras, porque TÚ eres impredecible
  • Dirección y dramaturgia: Lucía Miranda
  • Espacio sonoro: Nacho Bilbao
  • Producción: Pia Beermann
  • Director técnico: Braulio Blanca
  • Atrezo: Javier Burgos
  • Ayudante de dirección: Belén de Santiago
  • Vestuario: Tatiana de Sarabia
  • Asesor de movimiento: Ángel Perabá
  • Ayudante de la ayudante de dirección:Ares B. Fernández (participante de Mundo Quinta)
  • Ayudante de dirección musical:Jakov R. Rojas (participante de Mundo Quinta)

Una coproducción de Veranos de la Villa y Espacio Abierto

Fotografías de Alicias buscan maravillas Lukasz Michalak / Madrid Destino

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