Por Marga Díaz Sauté
Hace exactamente 20 años que nació el Chapito. Por eso en esta ocasión acompañaba la gira de la Companhia do Chapitô un grupo de documentalistas. O sea que, ahora que viajar hasta la Cuesta del Castillo en Lisboa –sede de chapito.org- no es fácil, dentro de poco podremos acercarnos un poco más a ellos a través del documental que recoge 20 años de circo, juego y viaje con el público. Era 1981. Nacía en el Barrio Alto de Lisboa el germen del Chapito: el proyecto de la payasa Teresa Ricou (Teté) Cultura, formación, acción social,.. y también una compañía de teatro: la Companhia do Chapitô. Tres aspectos caracterizan profesionalmente a esta compañía: vivir y trabajar desde el juego; desplegar esa profesionalidad del artista del circo que hace que la acrobacia sofisticada parezca fácil y accesible para cualquiera, y sobre todo, la generosidad de compartir. Por eso, por su generosidad, esta entrevista resulta tan complicada: al terminar la actuación de Hamlet, vuelven a entrar en escena los actores, (Jorge Cruz, Susana Nunes, Ramón de Los Santos y Tiago Viegas) para conversar con su público, así que – al sumarse Tânia Melo Rodrigues, la directora de producción- nos encontramos con treinta entrevistadores y cinco entrevistados.
Jorge: Para encuadrar un poquito y saber lo que es la Companhia do Chapitô: empezó con una señora clown, Teresa, que crea la compañía con idea de trabajar con niños de la calle, con función social, cultural, y ha formado también una escuela. Y ahí entra José Carlos García que forma la compañía. La compañía es parte de la estructura: Chapitô tiene una escuela, una parte que trabaja con niños de calle, otra de animaciones, de producciones, y parte de la estructura es la compañía, que tiene autonomía, pero está en el mismo complejo.
Susana: Yo estudié biotecnología y empecé haciendo teatro universitario y otros cursos, empecé a trabajar y hubo un casting, en 2016, porque necesitaban una actriz.
Ramón: Yo trabajé en televisión –fui corresponsal muchos años- y trabajé en una serie con José Carlos García y él me decía “tú eres muy expresivo, cuentas las historias muy bien ¿has pensado en ser actor?”, -“pues no, la verdad es que no”. Hasta que un día me hizo la invitación formal y por eso entre aquí, tengo formación cinematográfica.., pero interpretativa, no.
Jorge: Cuando nos lo presentaron, porque iba a hacer un video para la compañía, nos enseñó algunos vídeos y él entraba haciendo algo y nosotros nos quedamos boquiabiertos, porque tenía una limpieza en el lenguaje cercana a la compañía.
Tiago: A ver si me acuerdo (risas). Creo que por el 96 empecé, tenía amigos que estudiaban allá, y me dejaban entrar, iba a practicar con ellos en los ratos libres –en el espacio del a escuela—y el 2001 empecé a trabajar en las producciones. En 2005 José Carlos García me invitó a hacer un trabajo para infancia, luego hice otras 3 obras. Ya tenía formación de máscara, títeres o circo, y en 2008 fui a la compañía de los adultos.
Pregunta: ¿Cómo os juntasteis para trabajar?
Jorge: Fue muy complicado. Nos juntaron y nos dijeron: ”¡Venga haz una función!, ¡por contrato!”. No: esto es un proceso, llevamos trabajando juntos yo y Tiago desde hace muchos años, y Susana y Ramón entraron a la vez hace 4 años. Nosotros empezamos con otra obra, ATM. La compañía llevaba ya muchos trabajando: su creador, José Carlos García, ha creado un lenguaje y una forma peculiar de trabajar.
Susana: Tu pregunta presupone que hay una conexión fuerte y yo creo que eso es por cómo trabajamos: tiene que haber mucho juego, mucha confianza; y erramos también y hay aceptación por parte de todos y eso, yo creo, genera una conexión fuerte, que es una cosa que se va desarrollando.
Ramón: Puede existir gente que sea maravillosa como actores, que no es nuestro caso (risas) -estoy bromeando (más risas)-, pero uno de los requisitos fundamentales que la compañía tiene es el buen rollo, humanismo, que nos podamos entender. Aquí no hay estrellas, trabajamos únicamente para el público, para el espectáculo. Nadie es mejor que nadie, y eso, o lo tienes contigo y entras a jugar y te lo pasas bien, o entonces la familia no te va a aceptar. Puedes ser el mejor actor: si no te integras, no juegas con nosotros.
Tiago: Es un trabajo muy colectivo. Dentro del proceso de creación siempre estamos probando lo que sirve, lo que es mejor para la obra, no como individuos, sino como colectivo.
Susana: Para que parezca fácil al final hay muchísimo trabajo…
Tiago: … está todo marcado…
Susana: …la obra es muy compleja, muy rica. El texto es fundamental, tiene muchos detalles, mucho juego físico, y coreografías milimétricas, y es trabajo que se sigue haciendo porque aún no está donde nos gustaría.
Jorge: Siempre que viajamos, todas las funciones vamos hablando, en el camerino, después, de cómo mejorarlo, sin mirarnos a nosotros, sino mirando todo,.. Para mantener una función viva tenemos que tratarla muy bien.
Ramón: La compañía dice “vamos a ver cómo contamos esto para que aquellos que no conozcan el clásico lo puedan disfrutar de la misma manera”. Ese es el estilo que la compañía tiene, nos centramos en lo importante de la trama, el resto lo despojamos, y a partir de ahí lo vamos jugando, improvisamos, y la cosa va creciendo, y contamos una historia, precisamente para eso, para que los que no conozcan los clásicos salgan de aquí diciendo “¡me lo voy a comprar!”. Luego, claro, les gusta más lo que hace la compañía (risas). Es un juego en el que Paulo (Paulo Cunha), que es nuestro técnico, es un gran colaborador, o Tanya (Tânia Melo Rodrigues) de producción: entran, proponen ideas, incluso las representan,.. y eso es lo rico de la compañía, es lo que te decía, que no hay estrellas.
Tiago: Cada trabajo es diferente, aunque haya algo común en el lenguaje. Es difícil comparar Electra con Hamlet, es distinto, intentamos hacer cosas nuevas. El lenguaje es comedia, y un teatro físico, quieto, pobre.
Susana: Recuerdo que José Carlos hablaba de que cuando la compañía fue creada ellos sentían una necesidad de hacer un teatro diferente de lo que había en ese momento, que tenías teatro para la infancia o teatro muy muy de texto, actores muy virtuosos con la palabra, quizá erudito, distanciado del público joven, y creo que fue así que se desarrolló el lenguaje de la compañía: viene todo tipo de público y son personas que siguen viendo todo tipo de cosas, cosas que son más intelectuales, pero también tienes público que solo va a ver la compañía de Chapitô porque sigue siendo intelectual pero tiene más juego, y eso puede enganchar.
Tânia: Y una cosa que caracteriza a la compañía es desenfadar los clásicos, porque la gente va a ver una clásico de toda la vida pero se ríe de tragedias monstruosas, Medea, La Tempestad, Edipo,.. historias que conoces de siempre y de repente les han dado la vuelta. Y los jóvenes salen con ganas de leer la historia que han visto.
Jorge: Y los adultos también. Una vez con Electra alguien nos dijo “ah, ahora comprendí la obra” (risas).
Susana: Si hablamos del método y cómo aparecen las palabras, por ejemplo, con Hamlet, está la historia, hay una trama y elegimos los momentos clave más interesantes, lo que queremos contar. Luego improvisamos esas situaciones y buscamos un diálogo que sea coloquial, que sea cotidiano, fácil, práctico: hablamos como hablamos en la vida normal.
Tiago: Aunque hay alguna frase literal. Por ejemplo, en esta obra “Las carnes del funeral se sirven frías en el día de la boda”. A veces, si nos interesa, podemos rescatar una frase.
Susana: Hay una persona que está dirigiendo, que está fuera. Estaba pensando en Claudia (Cláudia Nóvoa), que siempre está escuchando y anotando, y si no lo escribe todo completo, luego revisamos cada día qué escribió y si está todo.
Ramón: El director viaja muchísimo dirigiendo a otras compañías –sobre todo españolas- y nosotros coincidimos en el momento de nueva creación. Punto. Luego mantiene conversaciones con Tânia. Una vez que la obra ya está en palco, vamos trabajándola en función de cómo responde el público.
Tânia: Pero le hacemos también limpiezas: de vez en cuando, cuando la obra tiene uno o dos años, llamamos a José Carlos García y le damos otra frescura, porque a veces se puede volver automático. Y lo que pasa es cuando viene, cambia, y ya es otra obra.
Tiago: El teatro es un ser vivo, como yo (risas).Claro, imagínate, cuando haces un estreno, igual hay un ritmo que no está bien, o un chiste que no funciona y lo vas a cambiar, porque no es como un tupper que está cerrado y punto. Es algo que es un ser vivo y a veces del accidente puede sugerir un juego diferente.
P: Trabajáis con decorados mínimos o inexistentes.
Tiago: El juego es este: qué podemos hacer con corbatas (risitas) Hay otras cosas, pero la propuesta es esta. En La Tempestad era solo un telón negro grande de tela. Edipo no tenía nada. Electra cucharas. Es la propuesta: el objeto o su ausencia. También surge de imágenes, del juego: una cuchara puede ser otra cosa…. o no (risas).
Jorge: Por eso en el público cada uno ve una función distinta, porque podemos llegar a una imagen o a un lugar o algo, solo con la referencia. En MacBeth, los caballos pueden ser los micrófonos y los trípodes, y eso también es jugando con el público, con la dinámica, con el ritmo, y siempre pensando cómo podemos sorprender.
Tiago: No hace falta hacer un caballo entero, con dos orejas ya (se pone las manos, risas).
P: ¿Qué obras habéis adaptado?
Jorge: MacBeth, Edipo, La Tempestad, Electra, Romeo y Julieta, Medea, Quijote… de personas Leonardo Da Vinci, el poeta Camoens, y también tenemos obras originales: El perro que muerde no ladra, ATM, Napoleón, El complejo de épico,..
P: Cuando actuáis apenas se nota que el castellano no es vuestra lengua materna.
Susana: Me gusta hablar en castellano porque no es mi lengua: es más difícil, pero crea otra dinámica diferente, de superación, porque la lengua es otra.
Tiago: Es un desafío, es otra musicalidad, otro ritmo, se aprende mucho, muchísimo, con otros chistes, otra cultura. Normalmente hacemos las obras en portugués, castellano, o inglés. Pero a mí me gustaría hacer en francés, en japonés,..
Ramón: … en sueco…
Tiago: … la musicalidad, los ritmos cambian; los chistes cambian.
P: Teatro para mayores de 12 años: ¿existe censura o un tratamiento especial de algunos temas?
Tânia: Queremos hacer una pieza con los sexos, porque nunca es sexo explícito: una vez era con una partida de ajedrez. En cada obra hay sexo, pero muy disimulado. Tenemos que hacer un montaje de medios de transporte, de sexo,… hay varias.
P: ¿Qué sentido tienen los encuentros con el público?
Jorge: Hoy entré en el camerino diciendo “esta es la mejor conversación que hemos tenido nunca”, por el público y entre nosotros, porque hemos mantenido la idea de pasar uno a otro, hacerlo entre todos y jugando.
Ramón: Y también por el público para que conozcan la compañía y que conozcan quiénes somos y cómo trabajamos.
Susana: A veces hay impresiones y cosas que dicen que son muy interesantes para nosotros. A veces seguimos pensando en cosas que surgen en estos encuentros.
Tânia: Con ATM solo empezó a quedar claro qué era lo que habían construido después de empezar a hablar con la gente y con los medios de comunicación, porque a veces están tan envuelto en el trabajo que no te queda claro y cuando lo explican o cuando te lo preguntan se queda mucho más claro. ¿Tú la viste?
Yo no, pero la van a volver a traer, porque como dice Beatriz de Torres, la directora del Espacio Abierto que nos ha facilitado esta entrevista y ver sus trabajos, están abonados. Pues eso esperamos, que vuelvan pronto.
Por Marga Díaz Sauté
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