Por Eva Llergo

Broche de oro para el ciclo Titerescena del Teatro Valle Inclán en su temporada 2018/2019 con la teatralización del cuento del gallego Carlos Casares  «La gallina azul» por parte de la compañía Tanxarina teatro.

El espectáculo viene avalado por haber ganado el premio Fetén al mejor espectáculo de títeres en su edición del 2018. Y, claro, en cuanto empieza el espectáculo nos ratificamos inmediatamente en considerar el buen ojo de los jueces de este certamen. El espectáculo es un dechado de sincronía y elegancia, gracias a los tres actores-titiriteros, que enseguida crean una atmósfera llena de energía y optimismo para contarnos el cuento de esta particular gallina.

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El relato original de Casares es una metáfora de las persecuciones franquistas pero también un relato universal sobre el valor de la diferencia, la necesidad de romper prejuicios y de sumar fuerzas. ¿Cómo se transforma la versión narrativa en teatral? Para empezar por obra y gracia del espacio escénico que ampara perfectamente esta historia campestre: desde el vestuario rústico, hasta las mesas polivalentes que configuran el escenario de las marionetas hasta las propias marionetas, fabricadas con objetos reciclados como cafeteras, cepillos, dispensadoras de té, almireces… Objetos inertes por separado pero que juntos se convierten en un entrañable Lourenzo (el dueño de la gallina azul), o los desternillates guardias civiles Amancio y Benancio responsables de cumplir el fatal encargo del alcalde de prenderla y llevarla ante la justicia.

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Por su parte, los tres titiriteros cumplen también la función de actores; reseñable es la caracterización del alcalde Manolito Listón que, en una feliz actualización paródica, nos recuerda sospechosamente a Donald Trump.

Sin lugar a dudas, una de las principales causas de éxito de la obra es el sentido del humor que destilan todos sus elementos: los títeres, los actores, el tempo, el propio texto. La obra esta cuajada de giros verbales; aunque una amiga gallega, que repetía visionado de la obra, afirma que los juegos de palabras era mucho más efectivos y cómicos aún si cabe en la versión en gallego.

El lenguaje es perfectamente comprensible para los pequeños espectadores, sin demasiadas simbologías, directo, contundente y de una comicidad potente pero elegante. Todo ello les hace sentirse muy involucrados en la obra, con ganas de participar de ella y disfrutar de principio a fin de la maravilla de esta historia.

Por Eva Llergo

DATOS TÉCNICOS

Vista el 8 de junio dentro del ciclo Titerescena en el Teatro Valle Inclán de Madrid

  • Elenco: Eduardo Cunha “Tatán“ , Miguel Borines e Andrés Giráldez
  • Escenografías y creación de marionetas: Pablo Giráldez “Pastor“ e TANXARINA
  • Música: Paco Martínez Barreiro
  • Vestuario: Carlos Alonso
  • Adaptación y dirección: Cándido Pazó
  • Texto original: Carlos Casares
  • Duración: 50 minutos