Por Coral Gil

Se abre el telón… y aparece el público. Sí, a este teatro se entra cruzando el escenario, lo cual hace que desde antes de comenzar la función, ya te sientas un poquito parte de la misma y te sumerjas en la frondosidad del jardín donde habita el pequeño e infeliz Meylín.

Xsiacaso danza, nos propone una dramaturgia basada en la compleja idea de la búsqueda de la felicidad, o más bien de la comprensión de la felicidad en sí misma y en la difícil tarea que supone el aceptarse uno mismo tal y como se es y ser consciente del propio potencial para lograr ser la mejor versión de uno mismo.

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Fácil de explicar esto a los chiquillos ¿no?

Pues para ellos sí, porque en una franja de edad en la que el que el aprendizaje es más sensorial que nunca, los artífices de esta obra optan por recursos que apelan a los sentidos para conseguir cautivar a nuestros pequeños espectadores. Así, la música, el color, los efectos de luz o el incesante movimiento de la actriz sobre el escenario serán el vehículo de su mensaje. También el lenguaje a ritmo de rimas cargado de humor y de amor contribuye a mantener todos los pares de ojitos y orejitas presentes en la sala enfocados hacia cuanto ocurre en el escenario.

Una puesta en escena sencilla y colorista de carácter dibujístico, con una sola actriz llevando el peso y la responsabilidad de  transmitir una idea tan importante y además de introducir a los pequeños en la magia del teatro, de divertirles y de hacerles soñar. Mucha tela, sí, pero bien aprovechada y resuelta, pues la constante interacción de Meylín con los pequeños espectadores hace que se disuelva esa frontera imaginaria que separa el escenario del patio de butacas y convierte la obra en algo cercano y palpable capaz de estimular y divertir a todos los pequeñuelos.

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Mi pequeña espectadora de dos años largos tenía los ojos como platos y solo los apartaba de la acción para decirme ¡Miiira mamiii!

Así es que toma butaca y prepara tu retina para absorber colores a tutiplén porque una vez veas conquistado a tu pequeño espectador, nada podrá evitar que tú también seas conquistado mientras Meylin, de la mano de los habitantes de su jardín, va aprendiendo que desear ser lo que no se es, no es el camino de la felicidad y que por el contrario, creer y valorarse a sí mismo es la clave de una vida plena y feliz.

Por Coral Gil

DATOS TÉCNICOS

EL JARDÍN DE MEYLÍN de Xsiacaso Danza

FECHAS: Hasta el 29 de enero

HORARIO: Distintos horarios según día

LUGAR: Teatros Luchana

DURACIÓN: 30 minutos