Por Araceli Hernández y Marta Larragueta

«Si os pillo ¡os cepillo!»

De todas las cosas que vienen emparejadas de por vida, pocas resultan tan paradigmáticas como un par de calcetines. ¿Cuántas frustraciones nos ha deparado la voraz lavadora al arrojar al cesto de tender solo una de las inseparables prendas? ¿Cuántos desvelos frente a las pinzas y las cuerdas de tender al comprobar que nos faltaba el compañero textil con el que vestir a la par las dos extremidades?

Es lógico por tanto que se genere un verdadero drama cuando Ton, compañero inseparable de Tin, desaparece del tendedero. Pese a sus esporádicas discusiones (Tin siempre quiere hacer bromas a las escobas y la plancha, Ton parece que quiere descubrir nuevas cosas), los dos amigos siempre han estado juntos, desde que eran unos minúsculos patucos. Así que Ton no duda en salir en busca de Tin hasta el último confín, enfrentándose a terribles amenazas, como la escalofriante aspiradora, “terror de los calcetines”.

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Tin se convierte en un auténtico sabueso, explorando toda la casa e interrogando a todos sus compañeros del hogar, algunos más reticentes que otros a colaborar, provocando verdaderas carcajadas en los pequeños espectadores y, finalmente, ¡incluso se atreve a salir a la calle sin zapato! Cualquier cosa que sea necesaria con tal de recuperar a su compañero del alma.

La Canica Teatro da un paso más en su exitoso teatro de objetos y, aunque siga jugando con la construcción de marionetas a través del uso de utensilios habituales, desde una estética desenfada y muy colorida, esta vez da voz y personalidad a las propias piezas. Las escobas, los trapos, la plancha, el cesto de la ropa o los calcetines cobran vida y se convierten en los simpáticos personajes que guiarán a TIn para encontrar a su inestimable Ton.

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La magia de ver a los objetos cotidianos gastando bromas, criticando o manifestándose su cariño, no solo atrapa a los pequeños espectadores, que siguieron el espectáculo completamente embelesados e incluso inquietos ante algunas de las desventuras a las que se encara Tin (y debemos admitir que nosotras también nos llevamos algún que otro sobresalto). Además, la personificación de los utensilios del hogar, tan familiares para todos, genera momentos sumamente cómicos para el espectador adulto en un desternillante juego entre lo literal y lo metafórico, utilizado con muchísima agudeza por parte de los dos artistas manipuladores. Sorprende también su impecable técnica vocal, capaz de recrear infinitud de personajes con modulaciones, tonalidades e incluso acentos muy diferentes entre sí, y sumamente cómicos (como esos calcetines de lunares recién llegados de Triana, ¡olé!).

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La divertida historia, la perfecta técnica, las simpatiquísimas marionetas… todo está perfectamente diseñado para cautivar sin remisión a los pequeños espectadores y entretener a los mayores. En conclusión, después de acudir al espectáculo Historia de un calcetín, estamos seguras de que hacer la colada nunca volverá a ser tan aburrido.

Por Araceli Hernández y Marta Larragueta

FICHA TÉCNICA

AUTORÍA Y DIRECCIÓN: Pablo Vergne

AYUDANTE DE DIRECCIÓN Y PUESTA EN ESCENA: Eva Soriano

INTÉRPRETES:   Manuel Pico y Eva Soriano

DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA, ILUMINACIÓN, VESTUARIO Y ATREZO: La Canica

Duración aproximada: 45 m.

Edad recomendada: a partir de 4 años