Por Eva Llergo
El comienzo es apoteósico. Pero no por recurrir a la grandiosidad de una barroca escenografía, a pomposo vestuario o a abarrotar la escena de actores. Más bien todo lo contrario. Hay, incluso, cierta economía de medios pero están tan bien dispuestos que no puedes más que dejarte arrastrar por ellos desde el minuto cero del espectáculo. Una enorme pantalla de cine y unas bombillas que van iluminándose al ritmo de una música potente. Las bombillas bailan a su ritmo, unos actores «de los de antes» aparecen en la pantalla y de pronto… ¡zas! Los actores, atraviesan la pantalla y se meten en escena. Así de fácil. Del cine al teatro. A nuestro teatro.
En el momento en que el elenco pisa la escena el nivel de energía se eleva al 200% y los espectadores, sofronizados, nos sumergimos en la ficción de cada uno de los gags que configuran Gag Movie de Yllana: un repaso paródico aunque ilustrativo por los principales protagonistas y aspectos del Séptimo arte. Y ese que, si algo identifica el sello de Yllana, es esa energía desbordante que contagian sus actores y sus espectáculos y que, como decimos, transmiten inmediatamente al público. Un público que, independientemente de su edad, procedencia, del paquete de problemas, preocupaciones o distracciones que traiga consigo es arrastrado inmediatamente al universo del espectáculo, apalancando fuera toda esa mochila cargada a la espalda para centrarse en reír y disfrutar.
En esta ocasión, como decimos, el espectáculo retrata los pequeños vicios y pecados del mundo del cine: la diva, el ego del director, la falta de inspiración del guionista, la locura de los fans… Pero todo ello sin ninguna moralina, a través de la hilaridad y la parodia… Solo uno después de secarse las lágrimas (de risa) tras el espectáculo, percibe el efecto esperpéntico de los retratos.
Otro de los aspectos más subrayables es saber hacerlo con un estilo tan pulcramente teatral (no en vano, prácticamente todo el espectáculo es gestual), dinámico, con un ritmo medido hasta el milímetro y de una energía brutal y que, al mismo tiempo, sea inteligible para todos los tipos de públicos tan diverso que abarrotaban el teatro. Y es que cuando Yllana anuncia que ha construido un espectáculo para todos los públicos sabe que, realmente, llegará por a todos ellos. No por igual, desde luego, pero sí manejando con destrezas todos los planos teatrales para mandar mensajes lo suficientemente gamberros para que un niño sienta con orgullo que está siendo en cierto modo partícipe del humor adulto pero sin que nada se salga de madre. Y, claro, todo ello regado con la universalidad de comprensión que provoca el gesto, mucho más exacto que la palabra.
Mención aparte merecen el elenco de Gag movie: César Maroto, Rubén Hernández, Susana Cortés y Antonio de la Fuente. Todas caras relativamente desconocidas, pero actores de los pies a la cabeza de forma y fondo capaces de transmitir con un gesto más que mil palabras.
Aparte del nivel de adrenalina inmenso que desprende el espectáculo y del virtuosismo de la puesta en escena milimétricamente coreografiada (a destacar el gag donde los actores se encargan del foley en una escena de cine que se ha quedado sin sonido), hay que destacar los leitmotiv recurrentes en la dramaturgia de la compañía cómo son la incorporación del público al espectáculo y el uso de tecnología para aumentar las dimensiones de la escena y diluir la frontera de la cuarta pared con el público.
Mis pequeños espectadores, que ya son casi unos veteranos en sus espectáculos, disfrutaron como locos esperando que llegará el momento en que alguien del público participa en la escena o que ellos mismos pudieran ser tocados por los actores. Imaginen su júbilo cuando precisamente su padre fue quien acabó siendo el protagonista de uno de los gags.
Yllana hace un teatro popular del bueno, del que es capaz de llegar a todos los públicos sin descuidar los detalles ni el fondo, siendo capaz de trabajar en muchos planos a la vez y manteniendo la mente de los espectadores completamente despierta decodificando su humor gag tras gag y disfrutando sin complejos. Una fórmula de éxito que esperemos que les dure muchos años.
Por Eva Llergo
DATOS TÉCNICOS
Vista en el Auditorio de Chapinería (Madrid) el 21 de septiembre de 2019
Próximas funciones: https://yllana.com/calendario-de-gira-yllana/categoria/gag-movie/
Idea Original: Yllana
Dirección Artística: Joe O‘Curneen
Intérpretes: César Maroto, Rubén Hernández, Susana Cortés, Antonio de la Fuente
Espacio escénico: Joe O’Curneen, Tatiana de Sarabia, Ismael García Vinuesa
Diseño de iluminación: Pedro Pablo Melendo
Diseño de sonido: Alberto Fernández
Diseño de Vestuario: Tatiana de Sarabia
Audiovisuales: Lighuen Desanto Paco Rapado
Composición musical: Sergio de la Puente Joan Martorell
Atrecista: Gonzalo Gatica
Comunicación y Prensa: Rosa Arroyo Esther Pascual
Diseño Gráfico: Daniel Vilaplana
Foto: Julio Moya
Producción: Mabel Caínzos, Fran Álvarez, Isabel Sánchez
Logística en gira: Mónica González
Productor Ejecutivo_ Marcos Ottone
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