Por Eva Llergo
Nada nos había puesto sobre aviso de que Cervantina iba a ser una obra perfecta para estudiantes de ESO y BACHILLERATO. En pocas palabras: una carta de presentación de Cervantes y su obra en su 400 aniversario de muerte que encaja como anillo al dedo con los adolescentes. Pero, ¿por qué como anillo al dedo? ¿qué la diferencia de las otras 400 propuestas que, por otro lado, se están fraguando ahora mismo para homenajear al manco de Lepanto?).
La nota diferenciadora se basa, por un lado, en su inteligencia como espectáculo, en la frescura de su puesta en escena, en la música y las interpretaciones tan calibradas y polivalentes. Pero por otro, y esto es lo que marca la diferencia para ganarse a este difícil público, tiene una garra increpadora, sacudidora, que pretende agarrar, hasta sacar a la superficie, las ganas de autenticidad del público. En algunos, tal vez es solo un recuerdo que retorna un tanto marchito durante la duración del espectáculo. Pero en nuestros adolescentes puede convertirse en bandera. Por otro lado, se agradece que no se haga en forma de píldora de moralina. En parte la increpación se hace de forma directa, jaleando al público hasta sacarlo del cándido sopor de la butaca y provocando en varias ocasiones su participación activa. Pero, como decimos, también se inserta de forma subrepticia a través de un humor que, a primera vista, puede parecer solo socarrón y escatológico (pero no por ello menos inteligente) y que enseguida se torna transgresor y sanamente irreverente.
Aunque los pequeños espectadores (con bigote y smartphone) que hoy abarrotaban el patio de butacas (arrastrados, posiblemente, por sus idealistas profesores de literatura) mañana recordarán sobre todo los chistes verdes en verso o las críticas llanas a la mezquindad de nuestros políticos, dentro de unos meses (y seguro que en algunos de los momentos más relevantes que les depare el futuro) tendrán en cuenta otras increpaciones más relevantes (piensa por ti mismo, sé libre, no tengas miedo a decir la verdad) que, en nombre de Miguel de Cervantes, Ron Lalá les ha servido en bandeja. Y si alguno no ha captado la indirecta, no ha sido infectado totalmente por la “cervantina”, no pasa nada. Como poco sí lo estará a partir de hoy de otro virus no menos poderoso: el del teatro.
Pero no se equivoquen: Cervantina es mucho más que una obra perfecta para adolescentes (aunque a nosotros hoy nos interese especialmente por eso). Ron Lalá ya nos tiene acostumbrados a su sincronía musical y escénica, a su gracejo filológico y erudito, a su fluidez con el verso y la comedia, a su delicioso y recurrente travestismo. Pero no porque nos tengan acostumbrado dejan de tener mérito o de sorprendernos. Sus espectáculo son siempre un “más difícil todavía”. Cervantina lo ha sido. Y sí, nosotros también estamos infectados. De “cervantina”, claro.
Eva Llergo
DATOS TÉCNICOS
Cervantina de Ron Lalá
Teatro de la Comedia, C/ Príncipe, 14
Del 14 de enero al 6 de febrero
A las 20 h (martes y domingo a las 19h).
100 minutos
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