Por Toni García Martínez
Más de 45 años de trayectoria avalan a la compañía Titiriteros de Binéfar. Había oído hablar mucho de ellos, pero, hasta donde mi memoria alcanza, creo que no los había podido ver hasta ahora. O quizá sí, quizá los vi en mi infancia y por eso verlos ahora ha sido como un reencuentro. Porque verlos a ellos es reencontrarnos con la Infancia así con mayúsculas, y con ese hilo, a veces visible y a veces invisible, que nos une a las generaciones pasadas.
A menudo vivimos en una búsqueda ansiosa de la vanguardia y la innovación, pero qué belleza cuando una compañía trata con tanto gusto y respeto elementos absolutamente tradicionales, desde las propias marionetas, hasta las historias, las canciones, los instrumentos, los decorados que durante generaciones formaron parte del repertorio del teatro y la música popular, en su caso con las raíces bien ancladas en Aragón.
Titiriteros de Binéfar son toda una institución, que no solo dirige el Festival Imaginaria, Festival de Títeres e Imágenes que se celebra anualmente en su pueblo, Binéfar (Huesca), sino que también tienen su propio teatro estable y museo del títere en el pequeñísimo y cercano pueblo de Abizanda, La Casa de los Títeres. Además de muchísimos otros galardones, fueron los primeros en recibir, en 2009, el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2009, que otorga el Ministerio de Cultura.
Se nota enseguida la diferencia cuando te encuentras con una compañía que trata con tanto cariño no solo a su público, el público infantil y familiar, sino también las historias que cuentan, entroncadas en toda una tradición, y los materiales con los que las cuentan. En esta ocasión pudimos ver uno de los espectáculos de los más de veinte que a día de hoy mantienen en cartera, y que no paran de girar por toda España y por una gran cantidad de países. En la boca del lobo es un espectáculo-antología con más de diez años de rodaje, una especie de collage en el que se recogen imágenes, mitos, historias, canciones de la cultura popular ibérica, que constituye una reivindicación del propio oficio de titiritero y de su raigambre popular. Como ellos mismos dicen en su sinopsis, “al auditorio se le devuelve algo que le pertenece: un tesoro oculto en su propio jardín”.
Desfilan por este espectáculo personajes arquetípicos como el gato, la rana, el caracol, el lobo, la bruja, el ogro, el ladrón, Caperucita Roja, las hadas (en este caso, unas voluntariosas madres que salieron de entre el público)… El diseño de las marionetas, de distintos tipos (de varillas, de dedo, de mano, de mesa, máscaras…) es exquisito, sencillo, efectivo, con un gran encanto expresionista. Lo importante aquí no es el artificio, pues a veces incluso se muestran a las claras los “trucos” o mecanismos que esconden los títeres. Lo central aquí es la conexión, la comunión, el rito. Está presente un espíritu juglaresco y callejero (a menudo actúan al aire libre, con estos espectáculos, o con otros diseñados ex profeso para ese formato) que entronca con la centenaria tradición titiritera, casi un universal antropológico, pues probablemente podemos afirmar que los juegos de sombras nacieron en las cuevas prehistóricas, o con básicas figuras hechas de madera o de otros elementos naturales en diferentes culturas alrededor del mundo.
Paco Paricio, cofundador de la compañía junto a Pilar Amorós, es quien ejerce de actor-titiritero y maestro de ceremonias, acompañado de dos estupendos músicos como son Faustino Cortés y Elena Polo, que dan buena cuenta del acordeón, la gaita aragonesa, la dulzaina, la flauta, el chiflo, el salterio y multitud de instrumentos de los que desgraciadamente no sé ni el nombre. Sería interesante aprovechar estos espectáculos para que nuestros niños y niñas (y sus acompañantes adultos) conozcamos mejor también ese elemento de nuestro patrimonio colectivo.
Canciones populares conocidas por todos como “Estaba el señor Don Gato”, “Cinco lobitos”, “Caracol, col, col, col” se unen a otras quizá más propias de Aragón, como “El bandido Cucaracha”, hasta un total de 14 canciones que en 2023 editaron en un CD. Sumado a un libro ilustrado en el que ponen sobre el papel el conjunto del espectáculo gracias a las ilustraciones de David Vela, consiguen dar lugar a un auténtico proyecto transmedia que persigue el mismo objetivo: encantar a nuestra infancia, tanto a de los niños como la de los adultos, y reconectar con una parte de la cultura popular que a veces nos queda un poco fuera de plano.
Nuestros pequeños espectadores se lo pasaron en grande, así como la gran mayoría del público, que agradeció la propuesta no solo con grandes aplausos, sino también participando activamente, cantando, dando palmas, respondiendo a las preguntas, adivinanzas e interpelaciones de los actores.
La próxima ocasión para ver este espectáculo en Madrid será en La Casa Encendida, dentro del festival Abrapalabra, el próximo 15 de diciembre. ¡No se lo pierdan! Y en otras localidades de la geografía española los podrán encontrar casi cualquier fin de semana. Atentos a su calendario.
Toni García Martínez
DATOS
Vista en el Teatro Infanta Isabel de Madrid el domingo 1 de diciembre de 2024.
Guion y dirección: Paco Paricio
Diseño escenografía y muñecos: Paco Paricio
Construcción y pintura: Matías de Arriba
Sastra: Merce Viladrosa
Secretaria: Ana Tere Pedrós
Producción: Pilar Amorós
En escena.
Actor-Titiritero: Paco Paricio
Músicos: Faustino Cortés y Elena Polo
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