Sara Barquilla Guerrero

La escoba baila el bals de la mañana… Como daba besos lentos, duraban más sus amores… El agua se suelta el pelo en las cascadas… ¿Se puede expresar la vida de una manera tan poética e ingeniosa y con tan pocas palabras? Esta es la clave de las greguerías, género literario único en su especie, creado por Ramón Gómez de la Serna. Uno de sus recopilatorios, porque escribió varios miles de ellas, se llamó Flor de greguerías y se publicó en 1933. Ese mismo título utiliza Luna Teatro Danza para presentar una recreación de estos textos brevísimos que contienen potenciador de emoción.

Las espigas hacen cosquillas al viento. Alba Vergne y Antonio Lafuente van enlazando las greguerías con tanto arte como las propias palabras de los textos literarios. No hay un hilo narrativo, pero los actores presentan su espectáculo para que el pequeño espectador sepa qué va a ver: greguerías. ¿Y eso qué es? Pues metáforas. Palabra inmensa para un público tan joven. Sin embargo, a lo largo de 45 minutos se ha demostrado el poder evocador de estos textos así como el potencial escénico de esta lírica breve y apta para todos los públicos. Las palabras son peces que pasan en hilera y no necesitan agua sino papel.

Flor de greguerías es un teatro de objetos que acompañan visualmente las greguerías; y como estas buscan el lado poético de la vida cotidiana, el público sonríe ante la asociación entre objeto y palabras. Los ceros son los huevos de los que salieron las demás cifras. Nos cuentan además que Ramón Gómez de la Serna tenía un cajón lleno de objetos al que acudía cuando perdía la inspiración. Objetos que nos rodean y podrían decirnos muchas cosas si nos fijáramos en ellos. Si lo hiciéramos, nos daríamos cuenta del parecido con otros, de la eufonía de su nombre, de la belleza de su forma. Si nos fijáramos más en lo que nos rodea, si observáramos con más detenimiento, quizá captaríamos lo que los objetos desean revelarnos. ¿Ramón lo hacía? Sin duda, y así transmitió todos esos secretos descubiertos en el maravilloso lenguaje poético. ¿Que no es tan críptico? Por supuesto que no, solo hay que dedicarle tiempo y atención.

La jirafa es un caballo alargado por la curiosidad. Es la que se despierta en el pequeño espectador con cada nuevo objeto que se presenta. Y además de maneras diferentes, como el teatro de sombras o la breve representación en la que los objetos son personificados y cobran vida. Risas y preguntas al aire desde el patio de butacas. Mientas tanto, los personajes se mueven al son de la poesía escenificada. La danza es poesía en movimiento que conecta a la perfección con el género, pues ambos quieren formar parte del olimpo de la capacidad creadora. Por ello en algunos momentos no están las palabras de Ramón: los movimientos de los actores los han sustituido. Dos caminos para llegar al mismo lugar. Como en el número de la chaqueta compartida: no necesitamos la greguería porque la estamos viendo directamente. El 5 es un número que baila.

Las greguerías tienen un toque mágico, así que Luna Teatro Danza utiliza algunos trucos para acompañar la representación y generar un toque de irrealidad. Sin embargo, los elementos que estructuran la escena son sencillos y cotidianos: dos armarios de madera de los que salen objetos, por delante y por detrás. También son el espacio para que los dos actores hagan mutis de forma alterna y el escenario no pierda actividad. Pero lo más rico con diferencia son los objetos utilizados, abundantes y variados. Algunos impensables, otros tan comunes. Varios no están, pero los imaginamos. Y, por supuesto, aquellos que conectan con el público infantil: globos, animales, muñecos, la luna… La luna está llena de objetos perdidos.

El significado original de greguería es “griterío, alboroto”. Pero en el patio de butacas la atención es unánime: la música, la danza, la luz y la oscuridad, la magia, las palabras. Todo conforma un halo de belleza y evocación que parece hipnotizar al pequeño espectador. Este, sin saberlo, se ha ido a casa con los bolsillos llenos de metáforas.

Sara Barquilla Guerrero

 

 

Vista el domingo 10 de marzo de 2024 en el Teatro Cuarta Pared, en el Festival de Teatralia.

FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA

Intérprete: Alba Vergne López y Antonio Lafuente.

Autor: Ramón Gómez de la Serna.

Idea: Alba Vergne López.

Espacio escénico y objetos: Ricardo Vergne y Eva Soriano.

Confección de artilugios teatrales: Eva Soriano y Ana Iturrate.

Diseño de vestuario: María Celeste.

Diseño de iluminación: Ricardo Vergne

Movimiento: Alba Vergne López.

Música original: Sebastián Merlín, Pablo Diez y Marina Lledó.

Fotografía: Giuseppe Marconi.

Dirección artística: Malgosia Szkandera.

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