Entremeses itinerantes de Miguel de Cervantes en Alcalá de Henares, por La Locandiera Teatro.

Por Diana Eguía Armenteros

Los días 24 y 25 de junio, la compañía La Locandiera Teatro representó, en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro, cuatro entremeses de autoría o atribución cervantina. Con el título de “Entremeses Itinerantes”, se propuso al espectador una experiencia que conjugaba la guía turística por la ciudad con la representación de estas piezas cortas cómicas del más ilustre de los vecinos de Alcalá de Henares.

Al comenzar, cuatro actores dividían al público, colocaban a cada espectador una pulsera y lo llevaban por la localidad bajo un estandarte. En mi equipo, nuestra guía fue la señora Aldonza de Mijanca, personaje de “El juez de los divorcios”. En primer lugar, nos condujo a ver su propia pieza en la Casa de la Entrevista. Qué mejor que un marco histórico institucional para escuchar a las parejas que le imploran al juez que las descase en este hilarante entremés. Por desgracia, a pesar de que el escenario no podía ser más adecuado, la acústica impedía la correcta recepción. Con este primer entremés, el público entraba de lleno en la temática elegida para la selección de las piezas representadas: el tópico de las crisis maritales y las malcasadas.

A continuación, Aldonza nos llevó calle abajo, hasta el Museo Casa Natal de Cervantes. Remodelada al estilo XVI, su patio interior se convirtió en el domicilio del matrimonio mal avenido de “Los habladores”, sin duda, el entremés con el que más disfrutó el público. Los actores, entre los que se encontraba el director de La Locandiera, Francisco Campos, supieron transmitir con gracia y decisión la comicidad propia de la prosa de Cervantes.

La tercer entremés al que nos trasladó Aldonza fue el de “El viejo celoso”, representado en el Patio de la fuente del Colegio de Málaga, inmejorable enclave para disfrutar del teatro barroco a la caída del sol. Este entremés, un poco más largo que los anteriores, conlleva la dificultad de representar la burla al marido en sus propias narices. Cada compañía toma soluciones distintas: traer al mozo con el que se producirá el adulterio envuelto en el guadamecí, escondido detrás de él, sacando los brazos a través del cuero, etc. En esta ocasión, el galán se cuela en la casa de forma muy evidente, perdiendo así un poco de fuerza lo ingenioso del engaño.

Por último, Aldonza mostró al grupo la última parada de la noche, el Patio del abrevadero del Colegio de Málaga, donde se representaba una de las más famosas piezas teatrales de Cervantes: “La cueva de Salamanca”. Es aquí donde más se apreciaba la dispar calidad de los actores y se echaba en falta una música adecuada a los bailes del final. La solución escenográfica al engaño tampoco estuvo bien traída; ya que el sacristán y el barbero salían de la carbonera sin ninguna alteración de vestuario o atrezo demoniaco, con lo que el final metateatral quedaba perdido.

La compañía alcalaína La Locandiera Teatro ha tenido en cartel dos espectáculos durante el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro: “Entremeses itinerantes” y “Esto no es la Celestina”; esta última, y estrenada el año pasado. Celebrando su 25 aniversario, Francisco Campos dirige y versiona esta original apuesta teatral. El pequeño espectador adolescente, interesado en las artes escénicas y la interpretación, disfrutaría de esta combinación entre el entremés y el paseo, que sin duda consigue transportar a los días de Miguel de Cervantes.

Diana Eguía Armenteros