Por María Soledad López

Sala abarrotada de niños y adolescentes con pinta de perseguir a Shakespeare, con ganas de encontrarlo. ¿Quizá sea la  Sala Cuarta Pared el espacio mágico en que una obra de la densidad, hondura y antigüedad que posee Hamlet pueda encontrarse con la generación TikTok?

El escenario, sin altura que lo separe del público, nos recibe con una dulce música de tiempos remotos y un leve humo que se arremolina alrededor de la iluminación en tonos fríos, azules y ámbar, iluminación cenital que coloca el foco en 5 círculos que iluminan de izquierda a derecha (del espectador) un viejo piano de partituras manoseadas, sobre el que se apoya un yelmo medieval y una máscara, detrás un sencillo vestido blanco de corte medieval que por sí solo ya recuerda la majestad bígama de Gertrudis; al fondo, en el centro, un gran trono de madera sobre un pequeño estrado, en el que reposa la corona real de Claudio. A la derecha un tul celeste, una corona de flores y un ramillete parecen evocar la tumba de Ofelia. En primer término a la derecha, siete tacos de madera de diversas alturas sostienen la espada, la copa… Y la esperada calavera de Yorick, que nos traen al Príncipe Hamlet, la duda, la venganza, la muerte, la eterna cuestión del ser o no ser que también llena la cabeza de la generación más joven.
Y la magia prometida en esa insinuación inicial se hace realidad. Sale un hombre elegantemente vestido de negro, con vestuario actual, coloca el yelmo en medio del escenario y se sienta al piano. Y así Chema Corvo, pianista y compositor, comienza un concierto de jazz en directo que acompañará al actor y a los espectadores y nos arrastrará de unas emociones a otras en esa incertidumbre que es Hamlet. Y de forma natural aparece el actor, Cándido de Castro, con ropa oscura, neutra pero muy informal, como si estuviera en su casa. Y es que este actor polifacético, que nos va a sorprender y admirar con su  infinita gama de registros, está en el escenario como en su propia casa, en su mundo, que es el del joven Hamlet, el del propio Shakespeare.
El actor se dirige a su público para explicar un misterioso caso de asesinatos múltiples que ocurrió en un castillo danés, allá por el siglo XIV. Y, al intentar resolver el homicidio del rey Hamlet, nos coloca en el punto de vista del joven príncipe. ¿Será real el tenebroso fantasma de mi padre, es posible que mi tío y mi madre hayan cometido tal aberración?
A partir de ahí, con el hilo conductor del narrador que facilita la comprensión del público más joven, y del pensamiento de Hamlet, la obra entera se desarrolla ante nuestros ojos en una síntesis perfecta. Hamlet minimalista, en solo 60 minutos se despliega ante los ojos de un nuevo público el drama más famoso de todos los tiempos, sin cambios de decorados (gracias a la iluminación y la música podemos desplazarnos con Hamlet del castillo al barco rumbo a Londres, del barco al cementerio…). Y, lo más sorprendente y grandioso, sin cambio de actores. Cándido de Castro solo se acompaña de su pianista para representar todos los papeles, para cambiar en cuestión de segundos y con pocos elementos de apoyo, de la voz cascada y decrépita del traidor, a la hipocresía de la reina, al humor negro y casi soez del enterrador, a la astuta locura y el tormento interno de Hamlet y hasta se convierte en la dulce Ofelia de mirada perdida.
En su uso mínimo también de objetos se aproxima al títere sin muñecos, dando vida y personalidad a un simple maniquí sin cabeza, a un pañuelo de tul, a la calavera de Yorick.
He visto a los jóvenes espectadores sobrecogerse, atemorizarse con un fantasma del rey Hamlet que no les habrá resultado ajeno si conocen a Darth Vader, reírse con los chistes macabros del enterrador…
A la salida una niña de unos 10 años me ha dicho que a ella le ha encantado porque es una enamorada de Shakespeare. Si tu pequeño espectador no es excesivamente pequeño ni sensible y puede sostener la mirada hueca de Yorick quizá también se vaya a casa enamorado de Shakespeare y gracias a montajes como éste Hamlet siga con nosotros , de generación en generación, hasta el fin de los tiempos.

Por María Soledad López

 

 DATOS TÉCNICOS:

Vista el 29 de enero de 2023 en Cuarta Pared (C/Ercilla, 17)

Autoría: -A partir de una idea de Chris Connaughton & Paul Harman basada en la obra de William Shakespeare ADAPTACIÓN: Emilio Goyanes

Dirección: Emilio Goyanes

Intérpretes: Actor: Cándido de Castro Al piano: Chema Corvo

Traducción: Isabel García Adánez (Premio. Nac. De Traducción 2020)

Adaptación: Emilio Goyanes

Escenografía: CÁNDIDO producc.

Vestuario: cándido producc.

Música: Chema Corvo

Iluminación: Inda Álvarez // Emilio Goyanes

Sonido: Inda Álvarez

Duración: 59 minutos

 

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