
Por Juan Sánchez Gómez
Qué hermoso es cuando los textos clásicos se trabajan con respeto y rigor, y no como una mera excusa estética. La compañía extremeña La escalera de Tijera ha estudiado de cabo a rabo el texto de Fernando de Rojas y nos ofrece un espectáculo fresco, dinámico y divertidísimo. Una versión de La Celestina que nos muestra la ruindad y mezquindad humanas, donde el poder de la picaresca inunda la propia propuesta artística.
De este modo, valiéndose tan solo de tres actores y una puerta, la trama de La Celestina pasa ante nuestros ojos a un ritmo vertiginoso. Aquí, como en el texto original, la economía manda. Una dramaturgia firmada por Javier Uriarte que exprime el texto prerrenacentista al máximo, conservando la esencia del original. Las largas digresiones y reflexiones sobre lo divino y lo profano son sustituidas por portés y números circenses, las dicharacheras idas y venidas por las callejas medievales se acompañan y miman con una música digna de una película de Tarantino, y los tres actores prestan su cuerpo para encarnar a todos los personajes del espectáculo.
Y viene aquí el primer hallazgo de Celestina, la tragiclownmedia. La decisión de que los tres intérpretes pasen por todos los personajes independientemente de su género o categoría social es, además de ingeniosa, signo del exquisito trabajo que la compañía ha realizado sobre la obra original. La Celestina es estudiada generalmente de acuerdo a muchos aspectos, pero quizá el más importante es que en ella aparecen los primeros personajes poliédricos del teatro español. Así, el que sean interpretados por varios actores, que les dan, no sólo una corporalidad, sino un aura diferente, genera distintos puntos de vista sobre un mismo arquetipo. A ello contribuye también una interpretación inspirada en los tipos de la Comedia del Arte que, ayudada por un mismo elemento de vestuario (un pañuelo que se anuda y coloca de diferentes maneras según el personaje que representa), permite que reconozcamos fácilmente los personajes: un galán ñoño y quejicoso, una dama beata, unos criados codiciosos, una vieja avarienta. Javier Rosado, Lola Sánchez y Roberto Calle realizan un trabajo excepcional, pues no es fácil cambiar de personaje con tanto dinamismo y buen hacer.
El segundo hallazgo es la mezcla de elementos circenses con un texto clásico. Habitualmente, cuando esto se hace, los números de circo desentonan, parecen metidos con calzador y paralizan la acción. Sin embargo, en Celestina, la tragiclownmedia maridan de manera fabulosa con la propuesta. Pongamos como ejemplo el mítico conjuro a Plutón que Celestina entona para embrujar el cordel que venderá a Melibea. Se trata de un extenso parlamento que no tiene teatralidad, la pura referencia grecolatina tan de moda en la época. En la propuesta lo resuelven de una manera sencilla pero espectacular: usando el juego de magia de los tres anillos que se unen y desunen. Un poderoso símbolo que da empaque al conjuro y nos dibuja aquello de lo que habla el monólogo: de cómo Celestina hace de lo imposible algo posible.
Por último, hay que destacar el sentido del humor de la propuesta. Las referencias escatológicas y eróticas del original son traídas al presente con gran inteligencia y canallismo, provocando las carcajadas de los jóvenes espectadores reunidos en el Teatro Alfil. Destacaría aquí ese primer encuentro sexual entre Calisto y Melibea en el huerto, coreografiada con arriesgados portés y con chistes visuales muy ingeniosos.
Celestina, la tragiclownmedia cumple su misión de atraer nuevos públicos. El texto clásico, incluido en los planes de estudio de Lengua y Literatura, puede resultar algo pesado a determinadas edades, por lo que la propuesta de La Escalera de Tijera es idónea para acercar a los adolescentes la esencia de esta joya de la literatura. Es un espectáculo ágil y divertido, que no traiciona la obra original. Yo no sé si será el embrujo de la alcahueta, pero salí renovado y encantado. ¡No dejéis de ir a verla!
Por Juan Sánchez Gómez

DATOS TÉCNICOS:
Vista el 12 de febrero de 2022 en el Teatro Alfil (C/del Pez, 10)
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN
Javier Uriarte
INTÉRPRETES
Javier Rosado, Lola Sánchez y Roberto Calle
MÚSICA ORIGINAL
Juan Carlos Rey
DISEÑO Y REALIZACIÓN DE ILUMINACIÓN
Gustavo González
VESTUARIO
Iluminada Martín
DISEÑO GRÁFICO
Isaac Gutiérrrez
FOTOGRAFÍA
Jesús I. Clemente y Rocío Gallardo
PRODUCCIÓN
La Escalera de Tijera
AGRADECIMIENTOS
Sergio Barquilla, La Raro 12, La Nave del Duente y Zircus Animación
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