Por Eva Llergo

 

Se puede hacer música con cualquier cosa (si esta “cosa” cae en buenas manos, claro está). Lleva pasando toda la vida, pero ya se encargan de recordárnoslo especialmente los grupos de folk que nos conectan con la memoria viva del pasado y crean ritmos con lo que tiene a mano, como se ha hecho siempre: ahí están los Fetén Fetén tocando sierras, El Naán quijadas de burro o Mayalde latas de conservas vacías, por citar a unos cuantos. Y también podemos ir a ejemplos más cercanos al público joven: no se pierdan este fantástico vídeo de los Youtubers Jaime Altozano y Alvinsch donde se retan a sacar instrumentos ¡de un supermercado alimenticio! Y es que no es el instrumento el que hace al músico; eso se lleva dentro y el que quiere encuentra ritmo hasta en un paquete de algodón.

 

Es una vertiente más del tan necesario pensamiento divergente. Ver un objeto, una realidad, una persona y saber ver más allá de lo evidente, de lo funcional, de la capa superficial. ¡Qué falta hace esa visión para rehumanizar un poquito más al mundo! Y, mire usted por donde, esa mirada nos ofrecen los integrantes de Töthem e Yllana que en su espectáculo Trash!, ambientado en una distópica planta de reciclaje, nos enseñan que, donde otros solo ven basura, ellos son capaces de sentir y transmitir ritmo, positividad, arte y energía. Toda una lección transposinble fácilmente a nuestros tiempos. Para que luego venga un prosaico y cuestione la utilidad del arte.

En Trash!, como todos los espectáculos de Yllana, no hay espacio para la desconexión o el aburrimiento; ni una concesión a que la mente se escape a casa a esa colada que se ha quedado sin tender o a ese informe que hay que acabar de rellenar.  A lo largo de una hora y media nos quedamos sin aliento desde la butaca ante los ejercicios de virtuosismo rítmico y buenrollero de los que hacen gala los operarios de la central de reciclaje: Bruno Alves, Gorka González, Frank Rodríguez, Felipe Dueñas y Miguel Ángel Pareja. Ante nuestros ojos cubos, cajas de herramientas, celo, bombonas de butano, bolsas de basura, balones de baloncesto, botellas y un larguísimo y asombrosísimo etcétera se convierten en material musical dando vida a temazos como el Para Elisa, Stand by me o We Will Rock You. Cuando termina cada número el espectador, flotando en su butaca a dos metros sobre el suelo con la energía que se contagia (recuperemos el valor positivo de esta palabra) desde el escenario, tiene la sensación de que se ha llegado a lo más alto en el espectáculo, que ya no puede quedar nada mejor detrás… pero esa sensación se renueva con cada nuevo número que siempre aporta el “más difícil todavía”. Es evidente la preponderancia del elemento musical en Trash! pero el disfrute está también muy basado en la pericia acrobática, en el estar en el momento preciso en el lugar preciso para que todo transcurra con la precisión de un reloj. Trash! tiene un conglomerado de baile, canción en directo, humor gestual y acrobacia en una propuesta multidisciplinar que a menudo se acerca a lo circense. Y la guinda del pastel es, como no podría ser de otro manera tratándose de Yllana, la risa: una risa blanca, a menudo hasta naif, sanadora, acogedora, aglutinadora, onmipresente.

Los pequeños y jóvenes espectadores que poblaron la sala a partes iguales con el público adulto, garantizaron con sus muestras de entusiasmo que el espectáculo, como la mayoría de los de Yllana, está pensado, de verdad, para todos los públicos. Para ellos la principal baza de disfrute viene de la mano del tener permitido gritar, patear y seguir el ritmo durante todo el show, con poder relacionarse con él, por una vez, desde el entusiasmo, la expresión y el movimiento y no desde la reconcentración y el silencio tan necesarios en otro tipo de montajes. Y es que esa es la fórmula Yllana: darle la vuelta a la manera tradicional de entender el teatro, crear espectáculos acogedores “para todos los públicos”: los versados y los neófitos, los que prefieren estar sentados y los que no pueden aguantar con el culo pegado al asiento ni dos minutos, los pequeños y los grandes, los entusiastas y los que están de vuelta. Garantizado que con Trash! no disfrutarán solo los amantes del reciclaje, sino también los del desperdicio.

Por Eva Llergo

 

 

 

 

 

 

 

DATOS TÉCNICOS:

Vista el 27 de noviembre de 2021 en el Auditorio Municipal de Chapinería.

Producción YLLANA & TÖTHEM
Dirección YLLANA
Dirección artística: David Ottone
Director adjunto Jony Elías
Música THÖTEM COMPANY
Productor musical Garabatto
Diseño de escenografía y vestuario
Tatiana de Sarabia
Espacio Sonoro Nacho Ramírez
Diseño de Iluminación Lola Barroso
Coreografía María Rayo
Construcción de escenografía TOOMPAK
Luthiers TOOMPAK
Diseño gráfico Iván Redondo
Jefe Técnico Ismael García
Producción ejecutiva
TOOMPAK & WUAYNOT PROMEDIA, YLLANA
Elenco Bruno Alves, Frank Rodríguez, Gorka González,
Miguel Ángel Pareja, Felipe Dueñas
Distribución YLLANA

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