No todo son pulgas: memorias y desmemorias de un perro famoso de Yllana

Por Eva Llergo

Digan lo que digan, tenemos ganas de teatro. No todo son pulgas: memorias y desmemorias de un perro famoso colgó el cartel de “Vendidas todas las localidades” el mismo día de su estreno el pasado 16 de julio. La obra es el resultado de un encargo que Veranos de la Villa realizó a la compañía madrileña Yllana para que pusiera sobre las tablas la vida y milagros del perro Paco, el chucho callejero que, durante el último tercio del siglo XIX, se convirtió en una auténtica celebridad invitada por marqueses a sus cenas, por intelectuales a sus tertulias y que tenía su propio sitio en la plaza de las Ventas.  Las crónicas nos hablan de sus andanzas por las calles de Madrid y del cariño que se ganó en los madrileños por su gracejo y audacia. «Si no esperásemos que de un momento a otro Paco rompa a hablar para fraternizar con él, todo el mundo ladraría», nos cuentan los periódicos de época. Y eso es precisamente lo que a hecho Yllana: poner a hablar al perro Paco. Claro que este Paco mide uno ochenta y va a dos patas, aunque también aúlla y tiene pulgas… ¿Cómo se ha obrado el milagro, pues? Nada tan sencillo como recurrir a la transmigración de las almas, del perrete Paco en el momento de su muerte en una plaza de toros a un prosaico carnicero del siglo XXI, que, eso sí, también se llama Paco… Esta es la licencia de la que le sirve a Yllana para traer hasta nosotros al simpático can y justificar, en lenguaje humano, la narración de sus peripecias. A partir de ahí, a través de un texto sólido y muy teatral, sus anécdotas se entrecruzan con las del Paco humano actual que entra y sale de sí para encarnar al perro y al hombre alternativamente mientras se juega, nada más y nada menos, que recuperar a su mujer, mucho más encandilada por la frescura, la humanidad y las ganas de vivir del perro que la de su marido.  Él, encarnado por un bipolar e hilarante Edu Ferrés, y ella, una rotunda y magnifica Inés León; interpretaciones que sostienen todo el peso de la obra sin darnos un instante para el aburrimiento.

Anécdotas y sketches humanos y perrunos se suceden con la viveza de un café cabaret, con canciones y mucho humor gestual y verbal. La economía de medios escénicos es la propia de este tipo de espectáculos. Sin embargo, está muy bien jugada: un resultón juego de luces, un par de sillas vintage, un piano con los macillos a la vista y decenas de hojas de periódico color sepia desparramadas por el suelo nos trasportan en los sucesivos viajes en el tiempo del siglo XIX al XXI.

Por otra parte, y como reza su calificación por edades, el espectáculo es 100% familiar. Tanto por su trama, como por su humor y su lenguaje. Los numerosos pequeños espectadores que poblaban la sala Margarita Xirgu del Teatro español disfrutaron de la caracterización perruna de Edu Ferrés, participaron a gritos cuando se lo pidieron y se rieron con cada una de las bromas blancas del espectáculo.

En resumen, No todo son pulgas: memorias y desmemorias de un perro famoso es un espectáculo absolutamente veraniego: 100% familiar, fresco, ligero, accesible y amable. Y, aunque todo esté al servicio de la recuperación de la figura del perro Paco, Yllana sabe hacer que la anécdota trascienda para hacernos recordar, como nos subraya su protagonista femenina al finalizar la obra, que un pueblo sin memoria es un pueblo invisible que deja de existir.

 Por Eva Llergo