Por Gerardo Fernández San Emeterio (profesor de Literatura en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid)

Luz y Marcello, aire y tierra, aire que forma cuerpos de nube y tierra que se arma de un avión para volar. Podríamos hablar, como el refranero, de agua y aceite, que no se mezclan, es cierto, pero que conviven en el mismo vaso sin estorbarse.

Todo esto viajó por mi cabeza mientras asistía encantado a la representación de Nube a nube, mientras la historia de Luz y Marcello me arrastraba dejando atrás al erudito pesado que empezaba mentalmente estas líneas diciendo: “sobre el evidente subtexto de La sirenita…”. Porque es cierto, las chicas de Periferia Teatro han tomado como base el popular cuento de Andersen para pensar sobre él y darle la vuelta, incluso literalmente.

Con esto último me refiero a que Luz no vive en el fondo del mar, sino en las nubes. Como la Sirenita, su vida transcurre feliz, dando forma a las nubes y encendiendo y apagando la luz de un faro que mantiene limpio… Feliz hasta que el amor se cruce en su vida en forma de un aviador italiano al que prestará sus alas (¡lo que se hace por amor!) para que pueda volver a tierra.

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Lo que no sabe Luz, lo que va a descubrir muy tarde, es que sin sus alas no puede volver a su vida de siempre, por lo que tendrá que ir a buscarlas a la tierra.

A partir de aquí, sin destripar la trama, Luz y Marcello descubrirán la fuerza de lo complementario, lo hermoso del compartir y lo necesario, a veces, de la despedida.

Para contarnos esto, la compañía cuenta con unos medios escénicos elaborados, cuidados, claros para el público infantil y evocadores para el adulto. El texto es mínimo, tanto en el diálogo como en la narración, en la que alternan las dos integrantes de la compañía, y el desarrollo de la trama se basa, frecuentemente, en la onomatopeya, especialmente hasta que Luz, al contacto con Marcello, descubra el lenguaje (como la Sirenita, sí, pero no por concesión de una bruja, sino por aprendizaje).

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Decir que en la realización de la parte vocal (narración y onomatopeyas) y en el manejo de los muñecos demuestran las dos intérpretes un control maravilloso es decir una obviedad, pero hay obviedades que es necesario decir.

En fin, si les pillan a mano y tienen niños, no se las pierdan, y si no les pillan a mano o no tienen niños, o ambas cosas, hagan un poder, que vale  mucho la pena el trabajo tanto desde el punto de vista textual como desde el interpretativo. Enhorabuena a Periferia Teatro.

Por Gerardo Fernández San Emeterio

FICHA TÉCNICA

Intérpretes: Mariso García e Iris Pascual
Autoría: Mariso García y Juan Manuel Quiñonero
Dirección: Mariso García
Narraciones: Dora Cantero
Escenografía: Juan Manuel Quiñonero, Cristian Weidmann, Fabián Huertes y Tamaki Yang
Vestuario: Mariso García e Iris Pascual
Música: Pedro Guirao
Iluminación: Juan Manuel Quiñonero y Octavio Gómez
Producción: Silvia Martínez

Duración: 40 Minutos

A partir de 4 años

Vista el sábado 18 de enero de 2020 en el  Teatro Valle-Inclán de Madrid dentro del Ciclo Titerescena.