Por Lorena Cámara

Bordes redondeados de madera de color claro, amables. Las manos se mueven cogidas por cinta negra con tal maestría que se convierten en todo lo necesario. Al completo o solo con dos dedos, dan vida a los personajes pulidos de dulzura

             – “Y ahora van a salir los pajaritos”

La escena está a oscuras, como siempre; varias piezas negras de cuatro lados y filo naranja forman un marco; dos mujeres de altura similar e igualmente vestidas de negro, cara y manos al descubierto, se sitúan en el centro y comenzamos. Estas trileras de manos nos introducen en la historia del pájaro Robín jugando con el ritmo y repeticiones en el plano horizontal, sus voces y la trama, acompasan movimientos y risas de todas las edades. El huevo de pájaro no cabe en la jaula, tampoco quiere estar dentro de ella y trata de escaparse con un poco de ayuda.

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El foco violeta ilumina la jaula dorada. Robín, convertido ya en pájaro, ha tenido un sueño: quiere encontrar al resto de sus amigos con alas y está dispuesto a hacer lo que haga falta. Soñar es fácil. La jaula se abre y volando atraviesa el cielo; el marco negro y naranja se desmonta para dejarle paso.

Y así llega al bosque, donde conoce al señor conejo, su primer amigo. Como el perro y el gato juegan a encontrarse, Robín le abraza contento y el roedor, que no ha visto a sus amigos por ninguna parte, le recomienda que visite el mar y le pregunte a los peces, ellos sabrán indicarle dónde seguir buscando. El escenario se divide ahora en dos orillas y acoge una malla de mar con olas, tras él, dos renacuajos de madera y boca de castañuela asoman sus cabezas: quieren que les enseñe a caminar por el cielo. La escena está sostenida por manos casi sin darnos cuenta. Interactúan así en comunicación constante titiriteras, marionetas y público, hasta en ocasiones se pide colaboración humana dejando constancia de quién maneja las figuras. La madre de los dos renacuajos, una rana pensativa, da paso al salmón con barbas; las piezas de madera engranadas que forman la silueta del cuerpo provocan carcajadas, el pez se mueve a la perfección.  Ve a la isla, le dice.

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Tres tiras de colores tintinean de un extremo a otro del escenario, un sol lo atraviesa de izquierda a derecha y Robín, vuela y vuela por los aires siguiendo la dirección que le dio el pez. Está lejos y se encuentra cansado. Por fortuna, aparece una nube esponjosa que le transporta por fin a su destino.

El escenario se descompone y se compone. Vemos casas de madera de tejados en pico, las luces están encendidas. Robín se posa. Aparece entonces una pajarita peculiar, Blanca, ella le explica que en la isla está prohibido volar, no les hace falta pues, el amo, que las quiere con locura, las alimenta y da todo lo necesario. Si os quisiera, os dejaría volar- dice Robín. Empeñado en mostrarle a su amiga la vida más allá de la isla, intenta recordarle cómo se hace, solamente tiene que dejar de tener miedo, pero la pajarita se desespera tras varios intentos, – si ya has hecho lo difícil, has perdido el miedo– le dice. El amo entra en escena con pies de cepillo y manos de tenedor, ¡qué sorpresa cuando descubren que es un espantapájaros que teme quedarse solo! ¿Volar quien ha dicho volar? No piensa tolerar que nadie le arrebate a sus pajaritas de papel a las que tanto necesita. ¡Ups! Se le ha escapado…

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El espantapájaros encierra a Robín en la torre de madera y Blanca trata de salvarlo con todas sus fuerzas aunque sin éxito, ninguna de sus amigas de papel le ayuda. Justo a tiempo aparece la nube que la transporta hasta lo más alto de la torre para liberarle. Y es solo entonces cuando Blanca aparece como una bella ave llenita de bordes redondeados y con alas, el papel quedó atrás.

Negro, la escena central proyecta sombras de pájaros volando juntos por fin.

F I N

A la salida Robín y Blanca esperan a los pequeños espectadores en la sala, ahora son ellos los que las tocan con las manos. Se han aprendido bien los movimientos y lo hacen con mucha destreza y cuidado. Parece que la sala está llena de aves sonrientes.

Por Lorena Cámara

DATOS TÉCNICOS

Premio al mejor espectáculo infantil. Festival Internacional de Marionetas de Tolosa 2015.

Lugar: Sala Cuarta Pared

Fecha: Domingo 27 octubre 17:30 h

Edad: Público Familiar a partir de 5 años

Compañía: Periferia Teatro

Autores: Juan Manuel Quiñonero Redondo y María Socorro García

Actrices Manipuladoras: María Socorro García e Iris Pascual

Escenografía: Juan Manuel Quiñonero Redondo, Alfredo Guillamon Y Pati Valcarcel

Vestuario: Raquel Bernal – El Recreo

Diseño Gráfico: Pedro Guirao

Música: Vicent Huma

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