Por Ana Martínez
Esta vez los pequeños espectadores y yo nos hemos trasladado hasta el Espacio abierto Quinta de los Molinos para ver Dabkeh. Las expectativas están altas pues mis pequeños espectadores han estado investigando sobre el espectáculo que vamos a ver y me dicen: “debe ser algo importante y bonito porque vienen de París”. Así que impresionados por la cantidad de gente que ha venido a ver el espectáculo nos dirigimos ansiosos a la sala asignada.
Una vez sentados todos, nos sorprende un repentino, sobrecogedor y oscuro silencio con el que da comienzo el espectáculo. De repente, de la nada, salen unos sigilosos y ligeros bailarines que van colocándose para romper ese silencio con una marcha al compás de la música. Y es ahí, en ese mismo instante en el que la pequeña espectadora de mi interior corrobora que este espectáculo va a ser completamente diferente a los demás.
El ritmo con el que se inicia el espectáculo atrapa al público para mantenerlos enganchados con un compás que se va acelerando y va cambiando a la vez que cobra fuerza. Es difícil explicar con palabras aquello que la música logra despertar en el interior de los espectadores, y es que, a pesar de que los bailarines le dan forma cada espectador termina interpretando la majestuosidad de esta danza de manera diferente. Los bailarines, sin mediar palabra, son capaces de hacerse con el espacio haciendo de él un lugar mágico, e incluso en ocasiones se unen al público. El vestuario, en tonos neutros, discreto a la par que sencillo, facilita al público centrarse en el acto de la danza, Jaime (4 años) comenta sorprendido la habilidad de los bailarines para moverse por el escenario descalzos, llegando a temer por sus pies. «¿Y si se pisan entre ellos o se cortan?», me pregunta preocupado.
Los pequeños espectadores están boquiabiertos tratando de seguir el ritmo y admirando los diferentes pasos de la danza mientras algún que otro pequeño espectador no puede evitar sus comentarios de asombro como “se han sentado con nosotros”, “¡Mira! Ahora vuelven a bailar por separado” o “¿Mamá, por qué hay uno que no baila?” entre otros, comentarios que demuestran su fascinación por las distintas fases del espectáculo. En un momento del espectáculo Julia (9 años) me comenta como parte de la coreografía le ha transportado a la playa, recordándole cuando juega con las olas en el mar.
Al salir del espectáculo, la pequeña espectadora que llevo dentro continúa asimilando las mil emociones que este espectáculo ha despertado en ella mientras observa numerosos pequeños espectadores que tratan de reproducir algunos pasos del espectáculo mientras comentan a sus padres lo mucho que les ha gustado. Parece ser que este espectáculo de danza no nos ha dejado indiferente a ninguno de los espectadores, tanto adultos como niños.
Por Ana Martínez
DATOS TÉCNICOS
Emka Dance Company
Danza contemporánea
A partir de 6 años
Ficha artística y técnica:
Bailarines: Mehdi Kerkouche, Jordan Boury, Betty Mansion, Anais Imbert-Clery, Lisa Ingrand Lousteau, Enzo Boffa y Dominique Schmitz.
Iluminación: Celine Gallon
Dirección y coreografía: Mehdi Kerkouche
Lugar: Espacio abierto Quinta de los Molinos
Fecha y hora de la representación: 21 de septiembre a las 18:30 y 22 de septiembre a las 13:00 y las 18:30.
Dirección del teatro: Calle Juan Ignacio Luca de Tena nº20, Madrid.
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