Por Eva Llergo
El día de la minimúsica, organizado por la consultora y agencia creativa Minimúsica, ha tenido ya ediciones anteriores en Valencia, Barcelona y Palma antes de llegar el pasado 22 de junio al Teatro Fernán Gómez de Madrid. En la filosofía de Minimúsica tiene cabida ofrecer «contenidos innovadores y de calidad que faciliten al público familiar el acceso a la música moderna y a la cultura y que, a su vez, aporten valores educativos. De esta forma, impulsamos una nueva manera de disfrutar del ocio en familia».
¿Y cómo lo hicieron esta vez en su paso por la capital? Con cuatro conciertos de grupos dedicados a la música en familia (con dos pases, matutino y verpertino) y dos actividades participativas. En el segundo pase comenzamos la tarde a ritmo de guitarra eléctrica con Petit Pop, banda fundada en 2010 con ex-miembros de Pauline en La Playa, Nosoträsh, Undershakers, Penélope Trip o Edwin Moses. Su viraje a la música familiar lo marcó la llegada de sus propios hijos. Durante el concierto, pudieron oírse grandes temas de la banda como «Quiero chuches», «Raro Crustáceo» o «Chuta el balón». Todas ellas con muchas peticiones de colaboración del público, tanto en los coros como bailando entre los estrechos pasillos que dejaban las butacas (nota: en futuras ediciones se agradecería que el espacio fuera más diáfano para poder acompañar al grupo con más soltura y comodidad). La pena fue que no se pudieron permitir los bises, a pesar de las peticiones del público; suponemos que por lo apretado del cartel.
Tras la sacudida del concierto de Petit Pop llegó el relax chill out de Alondra Bentley y su espectáculo anglo-español; trajo hasta los niños conceptos básicos de la lengua inglesa a través de un tono folk-pop amable y delicado. Mientras tanto, el público entraba y salía de la gran sala Guirao del Fernán Gómez, para asistir a los sucesivos pases de la actividad Baby Shark Dance Remix de Guillamino que tuvo lugar en la sala Jardiel Poncela. En ella, un gran piano ubicado en el suelo permitía a los niños improvisar con sus pies partiendo del famoso tema. Nosotros no pudimos disfrutarla lamentablemente, porque los pases solo admitían 40 personas. Nota 2: tanto los artistas como el resto de los asistentes eran comprensivos con estos movimientos de entrada y salida durante las actuaciones, pero quizás programar la actividad solo en los interludios no le habría quitado protagonismo a los conciertos.
Entre pase y pase los pequeños espectadores podían disfrutar también de la instalación interactiva Colores de Monstruo: un conjunto de juegos de manera que, al mismo tiempo, son un conjunto artístico ideado y creado para el Festival Internacional de las Artes (FIA) de Costa Rica en 2008, donde los mejores ilustradores del país dieron vida a sus juegos.
En tercer lugar, llegó el turno de La Fantástica Banda. Su objetivo es acercar la música y la poesía a los más pequeños, realizando versiones musicales de los poemas de García Lorca, Gloria Fuertes, Gabriel Celaya, Alberti, etc. El conjunto de las cuatro voces con los instrumentos (cajón, guitarra, bajo y chelo) creaba una atmósfera perfecta para enmarcar la fantástica historia de un día cotidiano en la vida de la niña Rosa Fría. En especial, la presencia y la energía de la cantante, arrastró al auditorio a corear y participar del espectáculo.
En último lugar, llegó la propuesta multidisciplinar de Marc Parrot y Eva Armisén. Multidisciplinar porque Marc canta y Eva dibuja inspirada por sus canciones. Los dos bajo el marco de un hilo conductor basado en los oficios dentro de un teatro que propicia su libro Tengo un papel. Así pues, las canciones nos narran lo que significa ser dramaturgo, director de escena, figurinista, actor, etc.
En resumen, una tarde pensada para que los pequeños espectadores sean los protagonistas de la experiencia musical, la experimentación y el juego.
Por Eva Llergo
DATOS TÉCNICOS
Visto el 22 de junio de 16h a 21h (con descansos)
Teatro Fernán Gómez de Madrid.
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