Por Eva Llergo

Solo cuando llevo un rato viendo la versión en danza-teatro que la compañía El Retablo ha elaborado de la Alicia de Lewis Carroll, me doy cuenta de que narrar esta historia a través de la danza le viene como anillo al dedo. Alicia es un gran sueño y en los sueños no se cuentan las cosas como en la vida real… Hay muchos símbolos y se utilizan otros lenguajes distintos a los de la vida cotidiana. Exactamente igual que cuando se narra una historia con ayuda de la danza.

alicia gusano

En cuanto la actriz que da vida a Alicia sale a escena nos hipnotiza tanto por su movimiento por su manera de expresarse, simbólica y sugerente pero suficientemente clara como para que los pequeños espectadores de 5 años que asisten al espectáculo en su campaña escolar puedan seguirla. Y solo con ella y su partenaire asistimos a la caída de Alicia por el hueco del árbol siguiendo al conejo blanco, y a sus encuentros con los carrollianos personajes ya universales: el sombrerero loco, la duquesa, el gato de Cheshire, la oruga azul, y, por supuesto, la reina roja. Cada uno de ellos dibujados esquemáticamente a través de un texto, breve pero muy acertado, que hace aflorar su esencia. Texto al que acompaña el movimiento, siempre delicioso, y con escenas mimadas por la imaginación del directo, Pablo Vergne, hasta el último detalle.

alicia reina

 A nosotros, espectadores adultos, no nos parece difícil decodificar las acciones más simbólicas que se dan con estos personajes en busca de la identidad perdida de Alicia, porque tenemos los referentes de la historia original en la cabeza. No sabemos si los niños que asisten con nosotros pueden asumir el mismo ritmo de decofidicación, pero ¿acaso importa? Lo cierto es que es más que evidente que están atrapados por la historia, que ríen cuando se busca hacerles reír y que sostienen su respiración cuando Alicia asume algún peligro. Están completamente concentrados en la historia y eso tiene un mérito inmenso. No parece importante, pues, perder la historia de punto de partida. No hace falta conocer a la Alicia de Carroll para disfrutar de la de El Retablo. Esta Alicia, además, está en los detalles no tanto en el conjunto. Se disfruta de lo que sucede en cada escena, el resultado final es más anecdótico a nuestro entender. Y, aunque nos parece un desenlace coherente y original para la historia de Carroll, el final metaficcional que añade El Retablo, suponemos que es más un guiño para el público adulto. En resumen,  no creemos que sea fácil para los pequeños espectadores sacar una conclusión sobre qué significa la historia de Alicia en el País de las Maravilla, el sueño del personaje, su búsqueda de identidad hacia la edad adulta, ni en versión de Carroll ni en la de El Retablo. Ya Disney cuando adaptó la historia de Carroll en 1951 sabía que estaba asumiendo un gran reto. No es una historia sencilla de entender; ni siquiera para los adultos. Pero resulta hipnótica porque abunda en la belleza de los sueños y en el momento mágico del paso de la niñez a la vida adulta. Y eso lo sentimos los espectadores de todas las edades.

Por Eva Llergo

DATOS TÉCNICOS

Cuarta Pared, C/ Ercilla, 17

Domingo 11 de noviembre 17:30, para público familiar

Lunes 12 y martes 13 de noviembre a las 10 y a las 11:30 en campaña escolar

INTÉRPRETES: JULIA ARAGONÉS Y ALBA VERGNE
AUTOR: PABLO VERGNE (A PARTIR DE TEXTOS DE LEWIS CARROLL)
COREOGRAFÍAS: JULIA ARAGONÉS Y ALBA VERGNE
ESCENOGRAFÍA Y OBJETOS: RICARDO VERGNE
PRODUCCIÓN: EL RETABLO
DISTRIBUCIÓN: PROVERSUS
DIRECCIÓN: PABLO VERGNE

Duración: 50 minutos