Por Marta Larragueta y Lidia Teixeiro
La voz en off con la que comienza la función, advirtiéndonos de que en este espectáculo el reparto canta en directo, deja de ser redundante cuando aparecen los actores y la música inunda el escenario. Es difícil escuchar ópera fuera de los grandes palacios y macroproducciones, por eso no sorprende que quieran aplacar nuestra incredulidad cuando comienzan a interpretar algunas de las arias y fragmentos de música clásica más conocidas por el público.
Con una puesta en escena que nos recuerda al estilo circense y de las películas de Tim Burton (vistosos colores, acceso circular a la platea, rodeado de luces que van cambiando y acompañando los diferentes sketches) esta vez Yllana nos trae a un pintoresco quinteto de cantantes de ópera. Tres actores y dos actrices que hacen las delicias del público y les arrancan sonrisas y carcajadas desde el principio. Sin tiempo para hacernos a la idea de qué tipo de espectáculo vamos a disfrutar, uno a uno van cantando y danzando vivazmente y, al ritmo del Va pensiero de Verdi, se meten a los espectadores en el bolsillo. El vestuario es exagerado, con un maquillaje que se parece a las caretas del teatro clásico, con cambios de ropa rápidos y todo ello envuelto en un juego de luces que contribuye a crear un ambiente onírico subyugante.
El espectáculo, a medio camino entre la comedia, el cabaret y la ópera, tiene un ritmo vertiginoso. Se van sucediendo secuencias de historias cruzadas, siempre con la música de fondo, donde los cinco personajes cuentan su vida entre bambalinas. No son personajes muy profundos, sino que todo gira en torno a las piezas musicales, que son las verdaderas protagonistas, y a su puesta en escena de manera accesible. Con el característico toque hilarante marca de la casa, salen a escena amores y desamores, sueños y desvelos, desesperaciones y esperanzas.
Yllana aborda con desparpajo temas complejos como el alcoholismo o el suicidio, desdramatizados con pinceladas de humor negro y con desenlaces optimistas. Sin embargo, aunque se trata de un trabajo absolutamente recomendable y lleno de virtudes (perfecto para acercarnos por primera vez al género de la ópera o para adultos que no estén habituados al ocio teatral), no parece muy apropiada para público infantil. The Opera Locos exige ya a un espectador competente, y tiene muchos guiños a la música pop y de los años 80 y 90, por lo que la aconsejamos más para adolescentes, a partir de los 14-15 años.
Hay que destacar la destreza de los cinco artistas, con maravillosas voces e interpretaciones de muy alto nivel y el grado de participación e interacción con el patio de butacas. Los protagonistas cantan en italiano, francés, español, inglés, alemán… Todo sin despeinarse y logrando interpretar al mismo tiempo el rol que envuelve a su personaje. Entre pieza musical y pieza, el desarrollo de la acción se sustenta en la mímica y la gestualidad. Como pequeño comentario, cabría añadir que en ocasiones los micrófonos se excedían en el volumen, particularmente cuando las tremendas voces de los cantantes perseguían notas a altura atmosférica. El escenario se les queda pequeño: se bajan de él, cantan entre el público, bromean con nosotros, nos invitan a cantar, a dar palmas, a corear y tararear las melodías más famosas. Las y los asistentes no se lo piensan, se lanzan y colaboran, entregados. No cabía ni un alfiler. En un momento dado, incluso una persona sube al escenario con ellos continuando con la representación, y en el Aria final, Nessun Dorma, mientras el cantante protagonista se mantiene arriba, en el escenario, su compañera se encuentra en la puerta de la salida de emergencia de la sala.
Si os gusta el teatro interactivo, animado, diferente, donde puede verse un buen trabajo actoral y musical, os gustará The Opera Locos. No hacen falta grandes cuadros de personal y decorados abarrotados para hacer emerger la magia del teatro. Si tenéis ocasión de asistir, llevaos a un amigo o amiga, con este tipo de funciones envolventes seguro que acertaréis incluso con la más descreída de vuestras amistades.
Por Marta Larragueta y Lidia Teixeiro
DATOS TÉCNICOS
Compañía: Yllana Teatro
Reparto: María Rey Jole, Mayca Teba, Toni Comas, Enrique Sánchez Ramos, Jesús García Gallera.
Duración: 1h y 35 min.
Lugar: Teatros del Canal, Sala Roja. (Función del 6/10/2018).
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