Por Marta Larragueta

Empezamos entonando el mea culpa porque llegamos un poco tarde. Y no lo lamentamos solo por el hecho en sí de no ser puntuales, sino porque nos perdimos a los teloneros. Y es que, como si de un concierto de rock se tratase, antes de que saliera al escenario la estrella de la noche hubo un grupo de magos de la escuela de magia de Ana Tamariz paseándose entre el público y haciendo pequeños juegos para ir abriendo boca. Esta vez no llegamos a tiempo, pero sabemos de primera mano que los teloneros tenían mucho arte.

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Acabamos de sentarnos en nuestras butacas cuando por fin entra en el escenario Juan Tamariz. Madre mía, ¡Juan Tamariz y desde bien cerca! El espectáculo comienza enseguida, con un juego propio del más avispado de los trileros; y miren que lo hace despacio, que las cartas son grandes y que tiene cientos de ojos clavados en él: pues nada, nos la cuela con un desparpajo desternillante. ¡Qué maravilla! La noche avanza, alternando juegos y humor con un ritmo que engancha al público y no lo suelta hasta el final. Suben al escenario varios voluntarios, gente afortunada, y todos bajan con cara de “madre mía, ¿cómo lo ha hecho?”.

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Tamariz habla con el público, es un comunicador nato. Sabe llevar la conversación, captar la atención y arrancar carcajadas como una naturalidad que conquista a cualquiera. A ratos se nos olvida si estamos en un espectáculo de magia o un monólogo de humor; pero en cuanto nos entra esa duda, el mago mueve las manos, con la camisa bien remangada, y ojos como platos al instante.

En la función participan varios magos: Manu Vera y Álvaro Rubio, que arrancan un aplauso con un juego de escapismo; Alan y su mágico bloc de dibujo y Consuelo Lorgia, que deja a todo el auditorio alucinado cuando logra adivinar la mente de varios espectadores.

En definitiva, uno de esos espectáculos a los que puedes entrar con preocupaciones en la cabeza, estrés por el trabajo y cansancio de la semana y aun así salir con una sonrisa de oreja a oreja y ganas de más. Ganas de más magia, de más ilusión, de más sentido del humor. Qué maravilla de función la del mago Juan Tamariz: cómo se nota cuando alguien disfruta haciendo lo que hace.

Por Marta Larragueta

DATOS TÉCNICOS 

Fechas y horarios: Del 20 al 23 de septiembre. Jueves, viernes y sábado 20:00 horas. Domingo 19:00 horas

Teatro de la Luz Philips

Para todos los públicos