Por Eva Llergo
Titerescena nos trae esta vez el espectáculo Titiricuentos de Teatro Gorakada. Y, ¿qué es Titiricuentos? ¿Un espectáculo teatral con marionetas donde de paso se cuentan cuentos o un cuentacuentos donde las voces de los personajes se escuchan a través de los títeres? La pregunta es tan legítima como indescifrable. Y es que, como afirma Teatro Gorakada en su página web, la carne y alma del espectáculo se materializa “con voces de cuentacuentos y cuerpos de marioneta”.
Una vez metidos en el berenjenal de intentar desvelar (o al menos entender) el “enigma” de la esencia del espectáculo podríamos decir que, a nuestro juicio, predomina la intención de convertir Titiricuentos en un espectáculo de narración oral. Cuentacuentos, sí, pero enriquecido con un gran despliegue de títeres que, según sus formas y tamaños, se benefician, su vez, de la hibridación con los cuerpos de las actrices.
Por otro lado, en nuestro afán de buscar la cuadratura del círculo dentro de cada espectáculo, entendemos que las tres historias contadas, extraídas del ámbito de la tradición oral, intentan ofrecer una visión común sobre la bondad y el valor de las pequeñas cosas, aunque cada una lo haga a su manera: mediante la poesía “El ruiseñor”, la magia “El zapatero y los duendes” y la comicidad escatológica en “Garbancito”. A estos enfoques se adapta también la manera de narrar, los elementos dramáticos y la actitud de las cuentacuentos.
Además, Titiricuentos hilvana en cada narración canciones hábilmente introducidas en los momentos “de tránsito” para teatralizar y agilizar momentos de narración más bien descriptiva (el trabajo del zapatero, los paseos de Garbancito). ¿Otros de sus aciertos? La escenografía de los títeres minimalista pero muy resultona, las proyecciones y los audios incorporados, la conjunción de un arte inveterado, el de contar historias, con la modernidad tecnológica y ciertos toques que actualizan algunas de las historias (por ejemplo, la inversión de roles feminista en los padres de Garbancito).
Cuentos, teatro, títeres, proyecciones y música. ¿Alguien da más? La única pega que se nos ocurre es que, a veces, intentar tocar todos los palos puede hacer que no se optimicen los recursos de uno y otro arte. Por ejemplo, el cuerpo de las actrices- cuentacuentos no es puramente aprovechado porque siempre quedan ocultas parcialmente tras las mesas de los títeres. Y, por otro lado, memorizar los textos le resta frescura a la narración que, al estar a medio camino de lo teatral, no puede tener tampoco esa inmediatez de la narración oral.
La pequeña espectadora de 4 años que tuve sentada encima durante todo el espectáculo disfrutó del lenguaje escénico y los matices de cada historia, cantando a voz en grito el “Pachín, pachín pachán… mucho cuidado con lo que hacéis. Pachín, pachín, pachán… a Garbancito no piséis”, por otro lado, exactamente con el mismo entusiasmo que los dos padres grandotes y adultísimos que tenía yo sentados al lado. Y sin embargo, para mi sorpresa, al salir afirmó que su favorito había sido la delicada y sutil historia del ruiseñor. Lo que confirma que el silencio en un niño, a veces, es la más patente muestra de entusiasmo.
En conclusión, Titiricuentos es un espectáculo con mucho trabajo por detrás que será perfecto especialmente para aquellos que tengan un primer contacto con las historias que cuenta.
Por Eva Llergo
DATOS TÉCNICOS
Titiricuentos de Teatro Gorakada.
3 y 4 de marzo en Teatro Valle Inclán
Sábado a las 13:00 horas y 17:00 horas
Domingo a las 11:00 y 13:00 horas.
Duración: 50 minutos.
Para todos los públicos
Ficha artística
Guion: Ricardo Combi
Dirección: Álex Díaz
Audiovisuales: Naiel Ibarrola
Reparto: Reyes Moleres, Leire Ucha
Diseño de títeres y escenografía: Javi Tirado
Música: Santiago Ramos, Fran Lasuen
Traducción: Idoia Barceló
Producción ejecutiva: Álex Díaz
Iluminación: Ion Chavez
Vestuario: Ikerne Jiménez
Comentarios recientes