Por Elena Capote

Érase una vez… (o tal vez debería decir «once upon a time…») un divertido cuento con una temática puramente anglosajona pero que cada vez se va introduciendo más en nuestras casas en esta época del año. Personajes como brujas, vampiros, fantasmas y momias que hacen el deleite de los más pequeños.

Big Pumpkin trata sobre la necesidad de la cooperación y la amistad al estilo de cuentos tan conocidos como A qué sabe la luna (Michael Grejniec), en los que la trama narrativa se sucede a través de una estructura basada en la repetición y el encadenamiento y en la que van apareciendo alternativamente todos los personajes. Personajes que durante el espectáculo son recreados magníficamente por Stibi

Y digo bigpumpkinrecreados porque Stibi, como él mismo recuerda en su espectáculo, no se dedica a leer cuentos, él cuenta cuentos. Y los cuenta transformándose en cada uno de sus personajes. La expresividad facial, el lenguaje corporal y las onomatopeyas adquieren un protagonismo esencial en todos sus espectáculos. A esto se le une un bonito decorado en el que van apareciendo todos los personajes y objetos importantes dentro de la historia, lo que proporciona el apoyo visual necesario para que los niños más pequeños sean capaces de seguir todo el transcurso de la historia y mantener su atención durante los 30 minutos que dura el espectáculo. Y, por supuesto, como tercer eje de su narración, las palastibibras. En este caso, en inglés, algo que, en un principio, podría servir como reclamo para presentar o vender cualquier espectáculo independientemente de su calidad. En este caso, no es así. No estamos ante una burda instrumentalización de la literatura con finalidades puramente pedagógicas. El inglés, en este caso, se convierte en un mero instrumento para transmitir una historia, con sus emociones, valores y personajes. Este instrumento queda supeditado a la finalidad principal del cuento, el disfrute de los pequeños espectadores, y no al revés. Y, para ello, además, Stibi convierte a los niños en coprotagonistas del espectáculo, potenciando una interacción constante con los mismos, animándoles en la repetición de palabras o efectos sonoros, realizando guiños personalizados a algunos, y, al final del espectáculo, disfrazándoles de los personajes del cuento.

                stibigrandeMi pequeño espectador, de 2 años y medio y sus amiguitos de 2, 4 y 5 disfrutaron muchísimo del cuentacuentos, atendiendo y participando durante los 30 minutos que duró el mismo. Se rieron mucho con las expresiones y otros efectos teatrales de Stibi y reaccionaron entusiasmados en los momentos de interacción con el público. Al igual que el resto de pequeños espectadores que, con una o dos excepciones (no debidamente reconducidas por sus acompañantes, con la consecuente distracción por parte del resto de espectadores), permanecieron sentados en la alfombra, atentos e interactuando durante todo el espectáculo.

              Como en los anteriores cuentos que he presenciado de este cuentacuentista (La oruga glotona y Ricitos de oro y los tres ositos), Stibi no defraudó. Y, la localización, una pequeña librería infantil, lugar idóneo para potenciar el amor por la literatura a los más pequeños. En definitiva, espectáculo muy recomendable para los amantes de los cuentacuentos de calidad.

Elena Capote

DATOS TÉCNICOS

Título: Big Pumpking (autora, Erica Silverman e ilustrador, S.D. Schindler, 1995)talesfromthebox

Espectáculo: Cuentacuentos en inglés

Compañía: Tales from the box storytelling

Narrador: el Gran Stibi

16 Octubre 2015, 18 horas

El reino de Bután (librería infantil)

C/ Francisco Ayala, 1

San Sebastián de los Reyes, Madrid.

Edad recomendada: A partir de 3 años (según entidad organizadora) Desde 2 años (El pequeño espectador)

Duración: 30 minutos.