Por Eva Llergo

Por si no lo sabían aún, estamos en el centenario de la llegada de Lorca a Madrid. Es normal, pues, que en 2019 proliferen los acercamientos desde todos los ángulos a la obra del poeta granadino. Poeta y dramaturgo, su legado nos deja muchas obras hermosas e impactantes entre las que elegir para degustar. Menos conocida, quizás, es su faceta de conferenciante. Y esta es la que nos trae, revestida con el traje de espectáculo global, La casa incierta y Al filito de la silla dentro de la programación de Teatralia 2019.La elegida es su bellísima y escalofriante conferencia sobre las canciones de cuna españolas que Lorca dio en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1928. Ese primer contacto del niño con la literatura que, en el caso de las de nuestro país, van acompañadas de un regusto de tristeza y temor, a la par que ternura y devoción. Así nos lo cuenta un magnífico Carlos Laredo que, enfundando en un simbólico traje rojo sangre, encarna a Lorca con el aplomo que da creer en la verdad desnuda que encierran las palabras del poeta. Le acompañan en su «significación» de la conferencia Raquel Valencia y Rocío Díaz, cantaora y bailaora, y José Manuel Chamero a la guitarra. Su presencia aporta un plano más allá de las palabras,  materializando las  canciones de cuna que va citando Lorca en su discurso, pero desde una vertiente onírica y delicada que habría hecho las delicias del poeta.

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La puesta en escena, además, merece palabras aparte. Según nos cuenta el propio Laredo, el director del montaje Hugo Pérez además de adaptar el texto de la conferencia lorquiana para transponerlo a la escena teatral, ha seleccionado los temas musicales y sus letras para que acompañen y subrayen con más fuerza las palabras del poeta. El resultado, a pesar de la economía de medios, es de una gran potencia visual, cuajado de simbolismo y de una gran solemnidad lírica.

De la mano de las palabras de Lorca y de las nanas de toda España interpretadas en directo aprendemos no solo una parte más de la esencia española. Una de las más íntimas pues es la que se transmite con su folclore a los bebés, la que se da de mamar a los niños recién nacidos; también absorbemos la esencia del propio Lorca, su intensa y audaz forma de calar al mundo y al ser humano en sus pasiones más inconfesables y, al mismo tiempo, más identitarias.

¿Y en el patio de butacas? Allí reposaban adolescentes de todas las edades, de los cursos más bajos de Secundaria a Bachillerato. A nadie se le escapa que el género propuesto era duro; un comienzo, para muchos, como espectadores teatrales desplazado de lo habitual. Efectivamente, nadie va a aprender las reglas básicas del género dramático asistiendo a esta conferencia significada. Pero, al mismo tiempo, es un ejemplo locuaz de cómo el teatro transporta y potencia las posibilidades de otros géneros, convirtiendo algo que a priori podría haberles resultado alejado en una experiencia estremecedora, difícil de olvidar.

Por Eva Llergo

DATOS TÉCNICOS

REACIÓN Y AUTORÍA: La Casa Incierta, sobre una conferencia de Federico García Lorca
DIRECCIÓN: Hugo Pérez Rodríguez de la Pica
INTÉRPRETES: Raquel Valencia, Rocío Díaz, José Manuel Chamero y Carlos Laredo
DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA, DISEÑO DE VESTUARIO Y DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Hugo Pérez Rodríguez de la Pica
DIRECTOR TÉCNICO: Carlos Laredo
TÉCNICO DE ILUMINACIÓN: Miguel Pérez
REALIZACIÓN DE VESTUARIO: Lola Rodríguez y Alice Rogers
ASISTENCIA VOCAL: Fernando Becerra
PRODUCCIÓN: La Casa Incierta/Carlos Laredo

Edad recomendada: a partir de 14 años

Duración: 60 minutos