Por Vanesa Calleja López

El pasado domingo fuimos testigos de un acontecimiento único y sin precedentes en la historia del Teatro: ¡el nacimiento de un huevo frito que se convirtió en niño! Y es que, tan perfecto le salió al cocinero aquel huevito, con su yemita redondita y amarillita, que fue incapaz de comérselo y decidió adoptarlo.

Lo que sucedió después podría resumirse como un entretenido, alocado, y musical viaje que compartimos los allí presentes (algunos más que otros) junto al entrañable huevo, en busca de un corazón que lo ayudase a convertirse en un niño de verdad.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Lo primero que nos sorprendió fue descubrir que aquel no iba a ser un espectáculo de teatro infantil sino más bien una función Musical teatralizada; Musical con mayúsculas porque la Música fue la gran protagonista del show, casi más que el propio huevo frito, llenando con notas de colores y divertidas coreografías infantiles, no sólo un escenario desprovisto de grandes decorados, sino todo el amplio espacio que abarcaba el Patio de Butacas del Mira Teatro. Además, para asombro de los allí presentes, nuestro papel en aquel viaje no iba a ser el de meros espectadores presenciando cómoda y pasivamente las andanzas del curioso huevo; en absoluto. Todo un despliegue de sonido e iluminación estaban listos para hacernos abrir los ojos como platos y salir de la anónima oscuridad de nuestros asientos, para formar parte de aquella esperpéntica historia.HUEVO FRITO 1

Ante aquel (nada despreciable) imprevisto en nuestra función de espectadores, a más de uno se le quedó cara de “huevo frito” (incapaces, además, de disimularlo con semejantes focos deslumbrándonos). Pero ese sabor amargo que nos deja el público (generalmente adulto) que se siente fuera de lugar en mitad de una fiesta infantil, fue inmediatamente sustituido por una divertida visión de los pequeños espectadores acogiendo, con inocente entusiasmo y alegría, su papel protagonista en la obra,  cantando, bailando, interactuando con los personajes, incluso comiéndose las magdalenas que en un momento dado nos lanzaba una de las protagonistas, para compartir con todos nosotros su deliciosa repostería casera.

Es cierto que podríamos hablar sobre los detalles técnicos de la obra, analizando, por ejemplo, las obvias similitudes de un argumento que inevitablemente nos recuerda al gran L. Frank Baum y aquella búsqueda tan maravillosa por el Reino de Oz, incluso podríamos hablar de la caracterización del huevo frito, con unos ricitos que, si bien nos sugirieron sus protagonistas que podrían inspirarse en el estilo “Bisbal”, nos pueden traer a la memoria la melena rizada y dorada de la bella Judy Garland; y ¡qué decir del Hada de la Isla de las Patatas Fritas! por un momento mi imaginación se desató y le plantó en las manos unos chapines de rubí.

Pero esos guiños a un gran clásico, en mi caso, sirvieron para hacerme disfrutar más aún de aquel espectáculo, en el que además pude apreciar la profesionalidad y especialización de los protagonistas sobre el público infantil. Y es que, detrás de esta alocada historia con los más disparatados personajes y localizaciones, se encuentran dos grandes artistas, compositores y autores de todos los temas musicales de sus espectáculos, Gema Martín (“Carlota Superstar”) y Roberto Berrío (“Bruno Tripita”). Ambos han cosechado numerosos éxitos durante los últimos diez años, con la compañía  LA RATONERA, que, tras la enorme acogida y demanda de sus canciones (con casi una decena de discos en su haber), fundaron Dubbi Kids, para ofrecer al público familiar espectáculos que se caracterizan por un trabajo elegante, preciso y de calidad, y que ellos mismos definen como educativos, muy participativos, que favorecen la imaginación y fomentan la creatividad a través del juego y el entretenimiento.HUEVO FRITO 3

Pero finalmente, lo más destacado de la velada fue sin duda la diversión de nuestros pequeños espectadores de 4 y 5 años, y me atrevería a decir que la de la mayoría de los que allí se encontraban, desde los más pequeñitos de entre 1 y 3 años, hasta los más mayores de 8 a 10 años; si bien yo recomendaría la obra a familias con pequeños espectadores de entre 3 y 7 años, pues fueron los que más lo disfrutaron, contagiándonos a todos los allí presentes con sus risas, sus atrevidas intervenciones y, en definitiva, la magia que sólo ellos pueden crear.

¡Felicidades, Dubbi Kids!

 Por Vanesa Calleja López

DATOS TÉCNICOS: 

LA INCREIBLE HISTORIA DE UN HUEVO FRITO

Compañía: Dubbi Kids

Lugar: Mira Teatro- Pozuelo de Alarcón (Madrid)

18 de octubre de 2015

Género: Teatro musical.

Rango de Edad: de 3 a 7 años.