Por Eva Llergo y Tristán Ceballos

«Me ha gustado Gazoline porque los personajes son unos rebeldes», me dice mi pequeño crítico Tristán (11 años) al salir del Teatro Conde Duque. Y pienso que, como los personajes de la obra de Jordi Casanovas, Tristán empieza ya ha ser «demasiadado mayor para seguir siendo niño».

El último montaje de LaJoven nace de la necesidad de mostrar la realidad de la España multiétnica construyendo una obra con actores de otras razas. Para ello, escogieron Gazoline, obra que ficcionaliza la vida de cinco jóvenes franceses, hijos de inmigrantes, que luchan por encontrar su sitio en la Francia de 2005 dentro de las revueltas de jóvenes inmigrantes que acabaron prendiendo fuego a más de 6600 coches en apenas 15 días. ¿Cuáles podían ser sus motivos? ¿Qué les movió a asumir estas acciones? ¿Cuáles podrían haber sido sus antecedentes y sus atenuantes? A estas preguntas intenta responder el dramaturgo Jordi Casanovas con la construcción de los cinco personajes de la obra: Naïm, André, Eunice, Christine y Omar. Todos ellos perfectamente verosímiles, perfectamente humanos y con los deseos, aspiraciones y contradicciones típicas de su edad (y ¿qué edad no tiene sus contradicciones?).

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Como bien nos señalaba Tristán es una obra de rebeldía porque sus protagonistas están en la edad de la rebeldía. Los derroteros del argumento nos llevan a cuestionarla a ratos, aunque al final acabe tomando partido claro por legitimarla.

El montaje de José Luis Arellano es, como siempre, un derroche de energía escénica que atrapa a los jóvenes espectadores desde el minuto 0. Tristán ha notado también está pulsión, aunque él, claro, se fija en lo que se fija:  «que le ha gustado que se estuvieran pegando todo el tiempo; porque sabía que no era de verdad».

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El brío de las actuaciones, los audiovisuales y el espacio sonoro de  la obra vuelven a ser el cóctel del triunfo de LaJoven, su fórmula asegurada de éxito. Echamos de menos, eso sí, que esta vez no se abra un espacio simbólico, un desdoblamiento escénico, teatral, más allá del trascurso narrativo, como sí hemos podido observar otras veces en sus montajes (ejemplos claros son PlayOff con la escenificación de los partidos de fútbol mostrando la parte física y la parte mental de las jugadoras simultáneamente o El curioso incidente del perro a media noche con  la transposición en escena del mundo interior del protagonista).  Suponemos que el texto de Casanovas, más puramente realista, apegado completamente a la artistotélica regla de tres unidades (un espacio, un tiempo, una acción) es menos propiciatorio de estos efectos tan estimulantes. Esto, desde luego, aumenta la sensación de veracidad, pero al mismo tiempo, le resta un poco de intensidad y ritmo a la obra. Tristán nos lo confirma cuando destaca que «me han encantado las proyecciones, pero no que solo se diera un escenario y no se vieran otras cosas».

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El resto de jóvenes espectadores que nos acompañaban, de diversos institutos de Madrid, corroboraron con sus comentarios y preguntas tras el espectáculo que la obra les había atrapado completamente. Que su conflicto les había seducido y les había hecho cuestionarse muchas cosas sobre la realidad y sobre sí mismos.  El milagro del teatro se había vuelto a producir. Todos nos marchamos con la sensación de haber visto vidas auténticas desarrollarse delante de nosotros. Incluso, Tristán, que con sus 11 años tuvo la humildad de admitir que no había comprendido parte de los problemas que dominaban las idas y venidas de los personajes. Precisamente gracias a eso, todavía hoy sigue haciendo preguntas sobre ello. Gazoline sigue con nosotros.

Por Eva Llergo y Tristán Ceballos

DATOS TÉCNICOS

Vista el 07 de mayo de 2019 en el Teatro Conde Duque

EQUIPO ARTÍSTICO

Elenco: Mard B. Ase, Jean Cruz, María Elaidi, Prince Ezeanyim, Delia Seriche

Dirección: José Luis Arellano García
Texto: Jordi Casanovas
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo (AAI) / Escenografía y vestuario: Silvia de MartaVideoescena: Bruno Praena / Coreografía: Andoni Larrabeiti
Música: Víctor Algora / Fotografía de escena: David Ruano

Ayudantía de escenografía y vestuario: Cristina Aguado y Eva Escribano / Regiduría: Dani Villar
Realización escenografía: Readest y Juan Carlos Rodríguez / Sastrería: Conchi Marro

Duración: 80 minutos

Próximas actuaciones: https://www.lajovencompania.com/fechas-y-entradas